Mark Bolzern vive en Anchorage, Alaska, pero viajó 5.954 kilómetros (3.700 millas) para visitar al dentista. El hombre de 56 años partió de casa a principios de año, se detuvo en Las Vegas para recoger a un amigo y siguió al sur hasta llegar a Los Algodones, un pequeño pueblo mexicano en la frontera con California donde abundan los consultorios dentales, reseña AP.
Alrededor de 60% de los estadounidenses cuanta con seguro de cobertura dental, la mayor proporción en décadas, pero aun así, los adultos mayores se han quedado rezagados y casi el 70% carece de seguro, de acuerdo con un estudio compilado por Oral Health America.
Eso se debe en buena medida a que la atención dental no está cubierta por Medicare y muchos patrones ya no ofrecen prestaciones de salud posteriores a la jubilación.
Más aún, quienes se han inscrito a seguros de acuerdo con la ley de cuidado de salud asequible sólo tienen acceso a atención dental sólo si compran un seguro de cobertura general, que muchas personas mayores no necesitan. Al mismo tiempo, estas personas a menudo requieren trabajos dentales más caros, como coronas, implantes y dientes postizos.
Como resultado, muchos busca atención más accesible en lugares como Los Algodones, donde los dentistas mexicanos hablan inglés y en ocasiones aceptan seguros estadounidenses. Sus precios son mucho menores en todos los tratamientos, desde limpieza hasta implantes. Los dentistas en Los Algodones dicen que buena parte de sus clientes son personas mayores.
En este pueblo del desierto cerca de la frontera entre California y Arizona hombres ataviados con batas blancas se paran en las afueras de oficinas en las que se ofrece limpieza dental y endodoncia. Otros letreros anuncian medicinas como relajantes musculares a precios bajos y sin necesidad de receta médica.
Para Bolzern, acudir al dentista en Los Algodones significa ahorros superiores a los 62.000 dólares. Se le dijo que el extenso trabajo dental que requería —necesitaba una corona en cada molar— costaría 65.000 dólares con un dentista privado. Buscó mejores precios y en una escuela dental en Estados Unidos donde los estudiantes hacen los procedimientos clínicos le cobraban 35.000.
En México pagó 3.000 dólares y ha regresado varias veces.
El costo de la atención dental en Estados Unidos ha aumentado en las últimas dos décadas y sigue creciendo a una tasa anual de 5%. Muchos seguros dentales tienen deducibles elevados y no ofrecen cobertura amplia, por lo que mucha gente los abandona.
México ofrece costos más bajos porque los sueldos son más bajos y existen menos requerimientos regulatorios. Los residentes de ciudades fronterizas estadounidenses como El Paso, Texas y Nogales, Arizona, a menudo hacen un breve viaje al lado mexicano para atender sus necesidades médicas básicas y medicinas que son mucho más baratas que en Estados Unidos. Algunas empresas ofrecen servicios de cabotaje del área de Phoenix a Los Algodones, un viaje de poco más de 300 kilómetros (200 millas).
No es nuevo que los estadounidenses salgan del país para buscar cuidado de salud más barato. Lo hacen desde hace años para cirugías que pueden salvar vidas o procedimientos estéticos.
Matthew Messina, un dentista y consejero de consumidores de la American Dental Association (Asociación Dental Estadounidense), dijo que los estadounidenses que visitan a dentistas en el exterior deben hacer investigación previa.
En países diferentes se usa equipo distinto y algunos artículos como los implantes quizá no tengan garantía. Las demandas por mala praxis médica no siempre son posibles.
Los dentistas en Los Algodones dicen que acuden menos tiempo a la escuela que sus colegas en Estados Unidos, pero que tienen más experiencia en la práctica clínica. Dicen que cubren los mismos estándares de seguridad que los dentistas estadounidenses y sus oficinas están igualmente limpias.
José Obed Zúñiga ha trabajado como dentista desde hace una década en Los Algodones y se dio cuenta de que el negocio es tan bueno que abrió su propio consultorio hace dos años.
Aiti Gutiérrez dejó su estado natal de Tamaulipas, México, a 2.200 kilómetros de distancia (1.400 millas) para ejercer la odontología en un consultorio en Los Algodones. En la época de más trabajo atiende una decena de pacientes al día y no es raro que trabaje 12 horas.
“Les gusta sentirse a gusto y que estén seguros”, dice Gutiérrez de sus clientes.