El Banco Central Europeo (BCE) advierte en las actas de su última reunión de política monetaria de que la situación financiera de China “podría tener un impacto adverso mayor de lo esperado” en la economía de la zona del euro dada su importancia en el comercio global. EFE
“Este riesgo podría agravarse por efectos negativos colaterales de los incrementos de los tipos de interés en EEUU sobre el crecimiento de las economías emergentes”, según el informe.
Añade que “los riesgos procedentes de los acontecimientos relacionados con Grecia y las negociaciones con sus acreedores parecen estar contenidos”.
El consejo de gobierno es unánime en la necesidad de comprar grandes cantidades de deuda pública y privada hasta septiembre de 2016 para apoyar la recuperación económica de la zona del euro.
Así se desprende de las actas de la reunión de política monetaria que mantuvo el pasado 15 y 16 de julio y que el BCE publicó hoy.
El BCE destaca en las actas que tras el acuerdo alcanzado entre Grecia y sus acreedores, la atención de los mercados internacionales se dirige a China y EEUU.
En China, el índice Shanghai Composite ha caído más de un 20 % desde el 12 de junio de 2015 y después de haber subido más de un 150 % en menos de un año, según el BCE.
Además, ha aumentado la preocupación sobre la valoración de los mercados de valores chinos, advierte la entidad monetaria europea, que recuerda también las medidas que ha adoptado el Banco Popular de China (central).
Primero redujo las tasas de interés rectoras y el porcentaje de reservas mínimas que tienen que mantener los bancos.
Esta semana el Banco Popular de China ha devaluado tres jornadas consecutivas el valor del yuan, en total en casi un 5 %.
Los mercados financieros dudan ahora de cuál es exactamente la marcha de la segunda economía mundial, que podría ralentizarse mucho más de lo que se pensaba hasta ahora.
“El consejo de gobierno fue unánime en su valoración de que se debería mantener el curso de la política monetaria. Estuvo preparado para utilizar todos los instrumentos disponibles dentro de su mandato, en caso necesario. Esto implica reafirmar que era necesaria la completa implementación de todas las medidas de política monetaria adoptadas para proporcionar el apoyo necesario a la recuperación económica”, según las actas.
La implementación de estas medidas también contribuirá a que la inflación de la zona del euro, que bajó en junio una décima hasta el 0,2 %, suba hasta niveles cercanos pero por debajo del 2 % a medio plazo.
El BCE insiste en la necesidad de observar con atención la situación en los mercados financieros y sus implicaciones para la estabilidad de precios.
La entidad monetaria europea está preparada para “responder a un endurecimiento injustificado de la posición de la política monetaria o cambios materiales en las perspectivas para la estabilidad de precios”, añade el informe.