La inseguridad en las carreteras orientales y del resto del país ha obligado a transportistas de carga pesada a ejercer medidas propias para evitar ser víctimas de saqueos o robos a mano armada, publica El Tiempo.
El presidente de la Asociación Civil de Choferes de Carga Pesada de Venezuela en Anzoátegui, Jorge Hernández, informó que más de 80% de los gandoleros se niegan a trasladar alimentos y otros productos regulados, que son buscados por la mayoría de los consumidores.
Denunció que en ocasiones los funcionarios policiales los detienen en las alcabalas y los delatan en las comunidades por donde van a pasar para que los delincuentes les lancen objetos o los intercepten en las carreteras para despojarlos de la mercancía.
Ramón González es uno de los transportistas que han sido víctimas de asaltos en la ruta. Contó que a principio de año “cuando la cosa no estaba tan fea” llevaba un cargamento de detergente “y a mitad de camino me volqué porque echaron aceite en la carretera”.
Aseguró que como él, “otros compañeros que cargan harina precocida, azúcar y bebidas, han sido saqueados”.
Posición
El presidente de la Asociación de Carga Pesada advirtió que algunas empresas del sector obligan a estos trabajadores a llevar este tipo de rubro. “Exponen sus vidas, y sus gandolas, porque la gente nos golpea, rompen los vidrios y los precintos sin cuidado. ¿Quién paga eso?”.
Manuel Cardozo, gandolero desde hace más de 20 años, aseguró que, al igual que otros choferes, en los últimos tiempo sólo se ha dedicado a transportar materiales de construcción. “También es un riesgo, pero menos peligroso”.
Promedio de tránsito
4.000 gandoleros es el promedio que transita por la zona oriental y otros destinos del país. En su mayoría conducen anchilargas propias cuyo mantenimiento cada vez es más costoso, como consecuencia de la escasez de repuestos y los altos precios. Según dijeron, el costo de la póliza de seguro también “está por las nubes”.