La Operación de Liberación y Protección del Pueblo (OLP), es otro invento electorero de la narcorevolución. Éste sería el plan de seguridad número 23 en 17 años de revolución, y ya es bien sabido que todos los anteriores han fracasado por ser improvisados, carentes de logística, capacitación y la dotación esencial como vehículos, laboratorios equipados (si los cuerpos de seguridad no tienen ni siquiera aire acondicionado, imagínense cómo estarán los laboratorios de criminalística). Asimismo hay un déficit de funcionarios que se calcula en un 70% sumado a un 95% de impunidad y a más de 18 mil bandas de delincuentes en todo el país nos hacen vislumbrar que este invento será otro fracaso más.
Algún asesor izquierdoso de esos de pacotilla debe haber planteado bautizarlo con siglas idénticas a la Organización para la Liberación de Palestina/OLP de los años 60 al 90 creada para darle institucionalización a la lucha por lograr independencia y territorialidad al pueblo palestino y liberarse de Israel.
Recordemos el primer Plan de Seguridad del Intergaláctico-Supremo, llamado Plan de Desarme Carcelario que se hizo público el 01 de marzo de 1999, el cual consistió en intentar desarmar a la población penal y el resultado fueron tres mil homicidios en las cárceles venezolanas durante los 11 años siguientes; o el Plan Nacional de Seguridad Ciudadana de ese mismo año que consistió en el “novedoso” mecanismo de militarizar las calles del país cuyo fracaso fue tan contundente que tuvo que ser ajustado en los años subsiguientes (2000, 2001 y 2003) Tras este primer fracaso, dejaban pasar los meses e improvisaban otro plan cambiándole el nombre para que el pueblo creyera que se estaba trabajando en el tema de la seguridad del país que fue una de las promesas electorales de Chávez en 1998. Pasando por Plan Guardia del Pueblo, Misión A Toda Vida Venezuela, Patria Segura, hasta llegar a las actuales OLP o Misión Exterminio, todos esos planes mostraron cada vez más ineficiencia, aumento de crímenes, violencia y malestar en el pueblo.
Cuando inició este gobierno “revolucionario” las cifras criminalísticas eran de 4.550 homicidios anuales (1998) en todo el territorio nacional, que se traducían en 18 por cada 100.000 habitantes. Hoy, después de 17 años de revolución, la violencia se ha convertido en la principal causa de muerte en todo el territorio nacional, con una tasa de muertes superior a la de una nación en guerra, siendo 80 por cada 100.000. Según cifras del mismo narcogobierno, hay 25.000 mil muertos anuales en Venezuela, aunque las cifras de Organizaciones no Gubernamentales relacionadas con los derechos humanos hablan de cifras cercanas a las 30.000 mil muertes anuales.
Estas cifras solo reflejan dos cosas: la incapacidad del gobierno de enfrentar el tema de la inseguridad o el desinterés en resolverlo. Recuerdo que después del golpe de Estado en el 2002, Chávez dio reconocimiento a los grupos violentos que se erigían como defensores de la paz y la revolución, denominándolos Círculos Bolivarianos, para quienes exigía de los ministros que atendieran sus solicitudes y requerimientos eliminando la burocracia del Estado. Como mayor exponente de estos círculos tenemos que citar a la “Comandanta” Lina Ron, una mujer que se encargaba de organizar ciudadanos para ejecutar las acciones que estimara necesarias en defensa de la revolución, garantizando el control popular en las calles.
A estos Círculos Bolivarianos se les unió tanta gente para obtener beneficios, armas, impunidad, que se empezaron a denominar Colectivos Comunitarios, con la supuesta intención de ejecutar trabajo social para mejorar las condiciones de vida en sectores populares. Los colectivos poco a poco se fueron instaurando en las barriadas, y en algunas hasta llegaron a convertirse en “la autoridad” de la zona, dando paso a lo que posteriormente se llamaron “Zonas de Paz” que no son otra cosa que el permiso para que reine la anarquía en sectores o barrios donde no puede entrar la policía sin autorización de estos grupos violentos, armados auspiciados por el PSUV (partido de la revolución) Guapos y apoyados.
Esta situación, como era de esperar, se convirtió en un bumerán para el narcoestado, y los brazos armados de este gobierno cubanocomunistoide se convirtieron en una piedra en el zapato, tal como le pasó al régimen autoritario de la Alemania Nazi de la 2da Guerra Mundial con los “camisas pardas” por lo que Hitler ingenió la “Noche de los Cuchillos largos” para exterminar a quienes ya le estorbaban porque no eran absolutamente fieles a su causa criminal. Hoy en día vemos como esos grupos delictivos que no respetan ni a chavistas ni a opositores han generado territorios fuera de control y gobiernos de bandas arrastrando en esa catástrofe social a familias pacíficas que viven en dichas zonas. El mejor ejemplo lo vimos el pasado 13 de Julio en la Cota 905 (un barrio de la ciudad de Caracas, decretado como Zona de Paz), donde el narcoestado tuvo que desplegar un operativo con más de 1000 efectivos policiales y militares cuya acción fue el estreno de las OLP, para enfrentar las bandas del PSUV pues días atrás habían interceptado una caravana ministerial y quemaron 10 motocicletas de la policía. El improvisado Plan de Liberación arrojó como resultado 14 muertos, y 137 personas de los que liberaron 130, pocos días después. Un mes después de esta descarada forma de masacre oficial escuchamos al Ejecutivo orgulloso de su ofensiva diciendo que “hay que perfeccionar a las OLP. 52 delincuentes abatidos y 931 detenidos destacan en …
La revolución venezolana, no tengo duda, ha batido todos los récords en cinismo y caradurismo, al presentar como un gran éxito el rescate de los apartamentos de la Gran Misión Vivienda por los operativos de las OLP cuando fueron ellos mismos quienes, a través del sectarismo riguroso del PSUV, asignaron esos apartamentos. Se escucha a un padre declarar que le asignaron un apartamento pues tiene un hijo discapacitado y entraron rompiendo puertas y saqueando todo lo que consiguieron, le robaron hasta los panales que requiere para sus necesidades. ¿Justicia o exterminio a conveniencia de alivianar su fracaso como gobierno? La gran pregunta que me hago es ¿Si entregaron apartamentos en su mayoría a los colectivos asesinos cómo es que ahora los están desalojando arbitrariamente? Está muy claro que les salió mal la estrategia de beneficiar, aupar y armar a los colectivos. Los filtros sociales que se aplicaron para la asignación obedecieron en un 90 % a que fueran absolutamente activistas de la violencia y en defensa de la “revolución”o mejor dicho del saqueo institucional y económico más grande de nuestra historia. OLP recuperó 175 apartamentos en cinco entidades del paísEsos operativos son únicos en los sistemas comunistas o dictatoriales abusando del poder y con la excusa de que hay “infiltrados, paramilitares, terroristas”, allanan a cientos de viviendas sin orden judicial, acribillando sin mirar a quien y mueren personas inocentes a nombre de una falsa revolución. La OLP ha institucionalizado las ejecuciones y la pena de muerte, ya van 52 muertos y ¿cuántos de ellos son líderes de las bandas delictivas?
Hay un viejo dicho que reza que los comunistas no tienen palabra y los farsantes que dirigen el estado venezolano no escapan de esa realidad. Todos los días endosando sus responsabilidades a la oposición o al imperio para excusar su fracaso estrepitoso. En todas las áreas: Alimentación, seguridad, salud. Ejemplo de eso es lo sucedido en el Estado Bolívar donde el pueblo por hambre saqueó negocio de venta de alimentos y Maduro achacó la responsabilidad a los Estados Unidos a través del Comando Sur, ¡Semejante barbaridad que ofende la inteligencia de los ciudadanos de mi patria! La única y verdadera preocupación que tienen es la de mantener el poder y su estatus privilegiado para lo cual recurrirán a cualquier barbarie, sin el más mínimo recato, poniendo como escudo el supuesto interés del pueblo tras el cual esconden sus crímenes y arbitrariedades. La historia nos ha mostrado que el comunismo no ha dejado más que miseria, corrupción, tortura y destrucción.
Para acabar con tanta farsa es que sigo aquí, dando la pelea con lo único que me queda MI PLUMA Y MI PALABRA.
José Gregorio Briceño Torrealba
“El Gato” Briceño.
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