Trasplantar órganos de donantes vivos mejora la sobrevida del receptor

Trasplantar órganos de donantes vivos mejora la sobrevida del receptor

Donación de órganos

Si bien es cierto que aceptar ser un donante de riñón representa más que un acto de buena voluntad, el hecho procurarle la vida a otro ser humano es superior a cualquier otra acción que se pueda realizar. Hay ciertos aspectos que son tomados en consideración por los médicos para garantizar que la cirugía se realice sin ningún inconveniente, tanto para el donante como para el receptor del injerto.

Durante la LXX Jornada Nacional de Cirugía, la especialista en trasplante renal, Patricia Alejandra González Romero, explicó que tanto un donante cadavérico como uno vivo, representan oportunidades valiosas de vida para el paciente renal.





En el caso específico del donante vivo, la persona debe cumplir con diversos requisitos como: estar completamente sana, de acuerdo con el artículo 18 de la Ley Sobre Trasplante de Órganos, podrá ser pariente hasta quinto lazo de consanguinidad, cónyuges, concubinos, filiación por adopción y trasplantes cruzados con el receptor, además de evaluar las variantes anatómicas del órgano a donar.

“Diversos estudios han destacado las evidentes ventajas del trasplante renal vivo frente al trasplante renal de cadáver. Estas ventajas son, de índole individual, puesto que benefician al receptor  en cuanto a sus expectativas de supervivencia. Pero, más aún, tiene beneficios colectivos, ya que ayudaría a solventar la escasez de órganos, que se acentúa con el tiempo”, dijo la galena. Igualmente comentó que al aumentar la participación de donantes vivos se incrementan las probabilidades de los pacientes con enfermedad renal terminal.

En general el riesgo que asume un donante de riñón es inferior al que asumen otras personas que se someten a anestesia general y cirugía mayor, ya que todos los donantes tienen acreditada una buena salud. No obstante, a todos ellos se les informan los riesgos inherentes a la anestesia, la cirugía y posibles complicaciones intraoperatorias y postoperatorias, propios de cualquier intervención quirúrgica que representan solo el 0,03% de los casos.

La enfermedad renal

La enfermedad renal crónica ha pasado de ser una condición que afectaba a pocos individuos, a una patología común de gravedad variable. Algunos factores de riesgo por los que se presenta son: edad igual o superior a los 60 años, hipertensión arterial, diabetes, enfermedad cardiovascular, obesidad, enfermedades autoinmunes, antecedentes de insuficiencia o enfermedad renal y aguda, insuficiencia cardíaca y neoplasias.

De acuerdo con el Anuario de Mortalidad en Venezuela 2011,  publicado en enero de 2014, la insuficiencia renal es la enfermedad número 14, dentro de las 25 principales causas de muerte en el país.

“Esto se traduce en un total de 16.000 pacientes que se encuentran en terapias dialíticas, de los cuales sólo el 50% es considerado para ser trasplantado, existiendo una lista de espera de al menos 1.000 personas, y logrando apenas unos 300 trasplantes de riñón al año. Lo que está generando una mayor inversión en los costos de salud pública y mermando la calidad de vida y la sobrevida del paciente renal”, acotó la galena.