Si hay algo que ha logrado bajar el rendimiento de miles de personas en el trabajo (además del café), son los juegos para ordenador como el Solitario o el Buscaminas. Y es que, a finales de los años noventa lograron que miles de personas se quedasen en sus casas pegadas al ordenador durante horas. Sin embargo, lo que a día de hoy se desconoce es que estos pasatiempos tenían un objetivo más elevado que el de hacer pasar un buen rato a la población. ¿Cuál era? Según explica la versión digital del diario «Mental Floss», lograr que los nuevos usuarios de los ordenadores se habituasen a usar el ratón y adquirieran rapidez con él, según lo reseña abc.es
El primero y más famoso de estos juegos fue el Solitario, hoy olvidado pero en su momento tan conocido como la saga «Call of Duty». Este pasatiempo fue ideado en 1990 e insertado en la versión 3.0 de Windows. Simple y entretenido (se lleva practicando con cartas desde el año 1700) fue ideado por la empresa para lograr que los usuarios aprendieran a usar el ratón del ordenador. Concretamente, buscaba que la nueva generación que acababa de entrar en el mundo digital normalizase el gesto de «arrastrar y soltar». Parece que ha funcionado bien, pues en la actualidad es sumamente raro hallar a alguien que no sepa hacerlo.
Algo similar sucedió con el Buscaminas, un juego que fue insertado en la versión 3.1 de Windows y que se basa en un rompecabezas llamado Cube ideado en los años 60 (el cual, a su vez, fue creado por Jerimac Ratliff). En este caso, su objetivo era que los usuarios aprendiesen a utilizar los dos botones a la vez y adquirieran rapidez y precisión en sus movimientos a la hora de desplazar el ratón por la pantalla. Por su parte, pasatiempos como el Corazones permitió a los jugadores saber qué era una red local, como conectarse con sus amigos a través de ella, y aprender lo sencillo que era aquel primitivo Internet.
Por último, la Carta Blanca fue un juego que vio la luz con el Windows 3.1. Formaba, a su vez, parte del Entertainment Pack Volumen 2, un sistema que permitía a los usuarios que en su ordenador se ejecutasen aplicaciones de 32 bits (cuando, hasta ese momento, solo se aceptaban de 16). Curiosamente, este pasatiempo solo funcionaba si esta aplicación se había instalado correctamente, por lo que hizo las veces de «prueba oculta» para motivar a la población a cambiar las funcionalidades de su ordenador.
Con todo, ninguna de estos objetivos ocultos explica por qué, a día de hoy, seguimos jugando a estos pasatiempos ya pasados de moda. Para ello solo hay una razón: demasiado aburrimiento en el trabajo. Con todo, a día de hoy Windows 8 no incluye esta amalgama de viejas glorias, por lo que es necesario descargárselas desde la Web.