La escasez registrada desde hace ya varios meses ha golpeado a diversas áreas productivas. Expendedores de pollo de la zona centro de Anzoátegui manifestaron que debido a la crítica situación del país la cantidad que reciben del alimento cada vez es menor, por lo que viven en una constante espera por el rubro, según lo reseña eltiempo.com.ve
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El dueño del comercio Anaco Pollo, Luis Valdivieso, aseveró que las ventas han bajado en 40%. “Antes tenía la nevera llena de pollo, pero todo cambió”.
Al comerciante le preocupa no saber qué día le despecharán el pedido. “Lo que sí es seguro es que la cantidad repartida cada vez es menor y el precio va en aumento. Todo va subiendo”.
Ayer sólo le quedaban 10 pollos en existencia. “Cuando se me acabe esto dejaré de vender hasta que me traigan otra vez”.
Manifestó que el alza del alimento se debe a que los proveedores tienen un vaivén con los precios. “Siempre que traen el rubro dicen que aumentó 5 o 10 bolívares, y ellos se excusan y nos dicen que es muy difícil mantener y criar pollos”.
Una vendedora que prefirió mantenerse en el anonimato, aseguró que en el último pedido sólo le entregaron 30 aves. “Yo pedí 60 y me vino la mitad”. Aseguró que en todos los comercios pasa lo mismo.
Alcides Rodríguez, el encargado de la distribuidora Pollos El Primo, ubicada en el mercado municipal anaquense, aseveró que desde el pasado jueves no le llega mercancía. “Estoy esperando. No sé qué día llegará, no me han dado seguridad”.
La última vez que compró el producto el aumento fue de 5 bolívares. “Todos los comercios del lugar tuvieron que subir el precio”.
“Nosotros nos reunimos con el alcalde Marcos Ramos y prometimos no aumentar el alimento. ¿Pero cómo hacemos cuando son los productores los que nos aumentan regularmente?”, se preguntó.
Al igual que Valdivieso, coincidió en que las ganancias han bajado significativamente debido a que tienen poco que ofrecer.
Rodríguez manifestó no saber si el próximo pedido tendrá un aumento. “Hay que esperar”, dijo.
Poco
Consumidores de la ciudad gasífera comentaron que el rubro ya no se ve como antes. “Donde hay se debe comprar, porque si me pongo a esperar me quedo sin nada”, dijo Silvia Díaz.
Aseveró no estar de acuerdo con el constante aumento, pero “la necesidad ataca, si me quedo a esperar que el precio baje no comeré nunca”.
En un sondeo realizado por el equipo reporteril de El Tiempo se pudo constatar que en cada comercio sólo tienen de 8 a 10 pollos para ofrecerle a los clientes.