Maridos y esposas de todo el mundo están descubriendo las aventuras extramaritales de sus cónyuges tras una catastrófica filtración del sitio web para adúlteros Ashley Madison que sacó a la luz pruebas de las infidelidades.
Por RAPHAEL SATTER, Associated Press
Los foros digitales arden con quejas de usuarios que dicen haber encontrado pruebas de que sus parejas usaban el sitio. En Gran Bretaña e Israel, varios parlamentarios están abochornados porque sus direcciones de correo electrónico aparecieron en el sitio. En Australia, una mujer se enteró por radio —en vivo y en directo— que los datos de su esposo figuraban en el sitio.
Los especialistas en derecho de familia discrepan en cuanto al impacto que tendrán las revelaciones, pero el abogado de divorcios Steve Mindel pronostica un aumento de su clientela y la de sus colegas.
“Todos estamos diciendo que llegará la Navidad en septiembre”, dijo Mindel. “Todo esto va a salir a la superficie en poco tiempo y en consecuencia habrá muchos pedidos de divorcio”.
Ashley Madison se presentaba como el sitio número uno para cónyuges infieles, hasta que la información robada por hackers empezó a difundirse por internet. La posibilidad de encontrar el nombre de un conocido entre los más de 35 millones de miembros registrados ha despertado un enorme interés en el mundo.
Los sitios de internet utilizados para comparar correos electrónicos con la información filtrada están registrando una gran cantidad de tráfico. Foros como Reddit —un sitio de noticias y debates entre usuarios— están llenos de historias de maridos angustiados y esposas furibundas tras haber encontrado sus datos personales en el enorme cúmulo de información.
Cuando los conductores de un programa matutino de radio en Sydney, Australia, dijeron a la audiencia que llamaran aquellos que querían compulsar los datos de su cónyuge con los de la base, una mujer llamó para decir que sospechaba de su esposo, ya que su conducta era extraña desde que trascendió la filtración. Los conductores introdujeron los datos en un sitio y dijeron que habían encontrado respuesta.
“¿Hablan en serio? ¿Están bromeando?”, preguntó la mujer con voz temblorosa. “Estos sitios son repugnantes”. Y cortó.
También la prensa pasa el peine fino a los datos en busca de celebridades, políticos, jerarcas religiosos, una tarea compleja porque muchas de las semblanzas tenían direcciones de correo electrónico prestadas o falsas.
En Gran Bretaña, la legisladora escocesa Michelle Thomson dijo que una dirección suya en desuso había sido “cosechada por los hackers” para abrir una cuenta en el sirio. Algo similar dijo Talab Abu Arar, un legislador árabe beduino en Israel cuya dirección parlamentaria apareció entre la información filtrada.
“Alguien quiso dañar mi buen nombre… es muy molesto”, dijo a la radio del ejército israelí.
Como muchos beduinos, Abu Arar practica la poligamia, y además de esposa tiene una concubina. Con dos parejas, ¿para qué querría una página de internet?
“Mujeres no me faltan”, dijo entre risas. AP