El Gobierno brasileño anunció hoy que estudia la posibilidad de eliminar diez ministerios, en un plan de “búsqueda de una mayor eficiencia” que plantea reducir a 29 el número de miembros del gabinete de la presidenta Dilma Rousseff. EFE
El ministro de Planificación, Nelson Barbosa, dijo en una rueda de prensa que todavía no hay una decisión tomada ni cuáles serían los ministerios que serían eliminados, pero indicó que eso se definirá durante las próximas semanas.
“El objetivo es llegar a una meta de diez ministerios. Existen varias propuestas posibles para alcanzarla, pero precisamos escuchar a todos” los miembros del Gobierno, explicó Barbosa.
La eliminación de diez de los 39 ministerios que existen hoy sería adoptada en el marco de un plan de “búsqueda de una mayor eficiencia”, que también implicaría una reducción del número de cargos con contratos temporales en la administración pública.
Barbosa admitió que esas medidas ayudarán a reducir el gasto en momentos de dificultades económicas, pero insistió en que la meta es lograr “un mejor funcionamiento y un aumento de la productividad del Gobierno”.
La reducción del número de ministerios, que aumentó a 39 durante la última década, es exigida desde hace años por la oposición, según la cual esos despachos han sido usados para satisfacer a los integrantes de la variopinta coalición política que respalda a Rousseff, quien la heredó de su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva.
La base de apoyo al Gobierno está encabezada por los partidos de los Trabajadores (PT), de Rousseff, y del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que lidera el vicepresidente Michel Temer.
A esos dos grupos, se suman los partidos Republicano Brasileño (PRB), de la República (PR), Progresista (PP), Comunista de Brasil (PCdoB), Republicano del Orden Social (PROS) y Social Democrático (PSD).
Cada una de esas formaciones ocupa al menos un ministerio, por lo que en caso de confirmarse la eliminación de diez despachos, algunas hasta pudieran quedar sin representación en el gabinete.
Hasta inicios de este mes también estaban en esa coalición los partidos Laborista Brasileño (PTB) y Democrático Laborista (PDT), cuyos parlamentarios se declararon “independientes” en rechazo a un duro ajuste fiscal impuesto por el Gobierno para hacer frente a la delicada situación de la economía.