Impresionado por las palabras más soeces que me han dicho en toda mi vida, reflexiono sobre las actitudes de las personas con las cuales nos corresponde convivir en este hermoso país que, según mi criterio, sería el mejor país del mundo sin… y todavía creo, que es el segundo mejor país del mundo con…
La polarización estimulada desde los dos lados, en aparente disputa, ha contribuido a crear una intolerancia extrema, donde cualquier cosa que se haga o diga, es suficiente para desatar la ira de los fanáticos de uno u otro bloque, según sea el caso. Lo paradójico del tema es que cada uno de los dos flancos en controversia, necesita al otro para su propia subsistencia y por tanto, podrá zarandearlo o agredirlo pero nunca intentará desaparecerlo, porque si lo hace, se estaría quitando el respirador artificial que le garantiza su existencia.
Las presiones surgen de los dos costados, el gobierno recurre a triquiñuelas ilegítiimas para desaparecer adversarios. Para llevar esto a cabo requiere muchos aliados y los tiene: el CNE le corta y cose trajes a su medida, el TSJ le fabrica decisiones y luego crea la jurisprudencia, la Fiscalía inicia averiguaciones a personas incómodas, la AN destituye a diputados opositores, en franca violación a la Constitución Nacional, la Contraloría controla solo a los opositores duros y produce decisiones como si de perrocalientes se tratara y la Defensoría del Pueblo… ya no recordaba que existía.
En el otro lado de la acera, como no cuentan con el favor que proporciona el poder, recurren a métodos más elaborados, es así como las inhabilitaciones morales se multiplican día a día: apátridas, tarifados, traidores, vende patria, y otras frases altisonantes como las que referí al principio, figuran entre los epítetos que profieren los que defienden a este lado de la balanza. Sin contar una frase que acuñó el difunto y que ahora, como si de una sociedad conyugal se tratara, la comparten por igual ambos interlocutores: “los volveremos polvo cósmico”, exclaman con sus fauces babeantes, en uno y otro lado.
Mientras esto sucede, Venezuela está cansada de esperar propuestas y soluciones a sus graves problemas, pero los que ejercen la dirección política, que no el liderazgo, parecen no darse cuenta, que tal como ocurrió en la década de los 90, la energía política anda rodando por las calles buscando un acumulador que le entregue un cable a tierra y cuando lo encuentre, en forma similar a 1998, la ola pasará por encima de quienes no quisieron interpretar los sueños de bienestar, esperanza y libertad, atesorados por la gente.
Coordinador Nacional de “Gente” Generación Independiente
@alvareznv