Los convulsos comicios en Tucumán y la represión policial de una manifestación por acusaciones de fraude electoral han desatado hoy las críticas y cuestionado la ventaja que habría logrado el kirchnerismo en esa provincia argentina según el recuento provisional, a falta de dos meses para las presidenciales. EFE
“Estoy totalmente en desacuerdo con la represión”, subrayó hoy el gobernador saliente de Tucumán (norte), José Alperovich, tras la polémica levantada ayer por la actuación policial en la capital provincial, que dejó al menos diez heridos.
Alperovich detalló que, aunque “la mayor parte de la gente se vino a expresar en paz”, un grupo de personas quiso irrumpir “en la Casa de Gobierno”, atacaron con piedras, e incluso se acercaron a su domicilio.
Sin embargo, puntualizó que los “excesos” policiales no estaban justificados y recalcó que ha instruido a la Fiscalía a que investigue el origen de las órdenes que desembocaron en el ataque a los manifestantes.
Durante la mañana también se pronunciaron en contra de la actuación de las fuerzas de seguridad tucumanas el jefe de Gabinete del Gobierno, Aníbal Fernández, y el aspirante oficialista a la Presidencia, Daniel Scioli.
Los incidentes de este lunes, que se sumaron a los hechos violentos registrados durante la jornada electoral, como la quema de 42 urnas, recrudecieron el tono de las críticas de los partidos opositores, que reclaman que se reabran todas las urnas para el recuento definitivo ante sospecha de fraude.
El recuento provisional, que se interrumpió ayer con el 81,5 % de las mesas contabilizadas, atribuye el 54,4 % de los votos al candidato a gobernador del oficialista Frente para la Victoria, Juan Manzur, 14 puntos más que su principal rival, José Cano, de la alianza opositora Acuerdo para el Bicentenario.
“Si quieren contar todos los votos, todas las urnas, bienvenido sea (…). En los lugares donde hubo incidentes, si quieren, que se repitan las elecciones”, manifestó hoy Alperovich para garantizar la “tranquilidad” sobre el proceso.
“Un comicio normal no puede ser nunca cuando se verifican hechos tan irregulares como que encierren fiscales en un baño, tomar escuelas, agredir y hospitalizar gendarmes, quemar urnas, que aparezcan certificados gemelos…”, apuntó el aspirante presidencial conservador, Mauricio Macri, líder de Propuesta Republicana (Pro).
“Uno llega a sentir que no hubo comicios”, agregó, en declaraciones a radio La Red.
Pese a la polémica levantada, el titular de la Junta Electoral de Tucumán, Antonio Gandur, consideró hoy “imposible” que se vayan a anular los comicios y descartó que se vayan a abrir todas las urnas ya que no se “visualizó fraude” generalizado.
En comparecencia de prensa, Gandur detalló que en el escrutinio definitivo, que “es el que tiene valor jurídico”, se seguirá el procedimiento habitual, que solo contempla esta medida en los casos en los que se detecten errores o inconsistencias en las actas.
Respecto a las urnas quemadas, la Junta electoral indicó que fueron declaradas nulas y que solo recomendaría la repetición de las elecciones en esos lugares en el caso que supusieran un porcentaje significativo para hacer variar los resultados.
“(Los culpables de la quema de urnas) son unas basuras, no se puede hacer eso en democracia”, resaltó hoy Alperovich, quien reconoció que los incidentes los causaron tanto militantes opositores como oficialistas.
“Creo que una urna quemada en el siglo XXI es una vergüenza inaceptable que no podemos naturalizar”, expresó por su parte Macri.
Tucumán, sexto distrito electoral del país, está en manos del peronismo desde 1999.
Los incidentes en los comicios tucumanos se suman a las polémicas registradas en otras citas del maratoniano calendario electoral que atraviesa Argentina en 2015, como el presunto robo de boletas y votos no contabilizados en las primarias de la provincia de Buenos Aires o el estrecho margen que dio la Gobernación al socialismo en la provincia de Santa Fe.
La carrera electoral culminará el 25 de octubre, fecha en la que 32 millones de argentinos están llamados a votar al sucesor de Cristina Fernández en la Presidencia.