Conflictividad en Venezuela condiciona intención del voto para el 6D

Conflictividad en Venezuela condiciona intención del voto para el 6D

Foto Archivo
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Para las parlamentarias del 6 de diciembre el oficialismo no solo busca mantener sus curules en la Asamblea Nacional, sino alcanzar al menos las dos terceras partes del parlamento para obtener la mayoría calificada, mismo objetivo que persigue la fracción de laMesa de la Unidad Democrática (MUD) y otros factores disidentes de ambos polos políticos.

En las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre de 2010, la oposición obtuvo 5 millones 877 mil 646 votos (51.88%), mientras que el oficialismo alcanzó 5 millones 451 mil 422 votos (48.12%), una diferencia de 3.76%; sin embargo, las divisiones estratégicas de los circuitos electorales permitió al sector oficialista una mayoría parlamentaria de 98 diputados, mientras que la oposición quedó con 67 diputados. El porcentaje restante pertenece a Patria Para Todos (PPT), que para entonces era una organización deslindada del chavismo. Por eso sus votos, si bien no se suman a los de la MUD, juntos representan un 52% de sufragios contra los rojos.

En el estado Bolívar ganó el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) con una brecha que no llega a los cuatro puntos porcentuales, a excepción de la circunscripción 3 (municipios del sur), donde La Causa R (LCR) superó a la tolda roja con una ventaja de 4.2%.





La brecha más corta fue en Caroní (circuito 2) con un 1.04% a favor del PSUV frente a Primero Justicia (MPJ), mientras que en el circuito 1 la diferencia de votos fue de 3.5% entre el PSUV y LCR.

Estos márgenes se mantuvieron en procesos posteriores, a diferencia de las presidenciales del 13 de abril de 2013, donde en el estado Bolívar gana la oposición con 3.96% de votos por encima del oficialismo.

Otra realidad

A diferencia de 2010, tanto el PSUV y sus aliados como la MUD participan de una gran alianza, aunque la coalición opositora refuerza su estrategia apostando a una tarjeta única, cuyo objetivo es concentrar la mayor cantidad de votos, pese a las disidencias y otras candidaturas independientes. Este emblema único en el tarjetón electoral no existía en 2010.

La estrategia de la tarjeta única fue la que logró que en las presidenciales de 2013 la oposición alcanzara su votación más alta en comparación con procesos anteriores, conquistando incluso al estado Bolívar.

Pero más allá de ese mecanismo, la realidad de Venezuela en 2010 era muy distinta a la que hoy enfrenta el país. La agudización de la crisis económica y social apuesta por una respuesta ciudadana mediante el voto castigo, aunque esto dependerá del accionar de cada uno de los factores políticos involucrados para mantener o revertir este contexto.

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