Cada 15 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Linfoma, por lo que se aprovecha la ocasión para informar sobre esta patología y la importancia de que el especialista realice un diagnóstico adecuado, debido a que se trata de una patología que presenta síntomas que pueden confundirse con otras enfermedades.
Los linfomas son trastornos hematológicos que provocan el crecimiento inadecuado y descontrolado de los linfocitos. Existen más de 60 tipos diferentes de linfomas, pero se distinguen en dos grandes grupos: el de Hodgkin y el No Hodgkin, (LNH) ubicándose este último como el más común.
El Linfoma de Hodgkin se presenta mas frecuentemente en hombres que en mujeres y ofrece un mejor pronóstico para el paciente, en comparación con el No Hodgkin. Por lo general afecta ganglios, principalmente los de la línea media (submaxilares, cervicales y axilas), y pocas veces se ubica en otras partes del cuerpo.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en Suramérica, 7 de cada 100 mil habitantes se diagnostican al año con LNH. En Venezuela para el año 2000, el Ministerio del Poder Popular para la Salud reportó 331 casos en mujeres, y 428 en hombres de todas las edades con este tipo de patología, cifras que únicamente contemplan la data de los hospitales públicos.
El linfoma no Hodgkin se origina cuando un tipo de glóbulos blancos, llamados linfocitos T o linfocitos B, se transforman perdiendo su capacidad de diferenciación y replicándose de forma incontrolada debido a alguna irregularidad genética o por factores externos. El lugar de crecimiento más frecuente es en los ganglios linfáticos que se denominan linfomas ganglionares, los cuales representan el mayor porcentaje de casos. Sin embargo, existen linfomas que son extra ganglionares -que se ubican en estructuras diferentes a los ganglios- , en tejidos como: pulmón, corazón, estomago, riñón, útero, páncreas, cerebro y piel.
La Dra. Marisela Morales, hemato-oncólogo del Instituto de Hematología y Oncología de la Universidad Central de Venezuela, comentó que entre los factores que podrían predisponer la aparición del linfoma se encuentran: estilo de vida, alteraciones genéticas, antecedentes familiares con enfermedades oncológicas, exposición a radiaciones ionizantes, plantas nucleares o químicos de fumigación y padecer o haber padecido infecciones virales, como el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
Los síntomas de esta patología usualmente van a estar relacionados con el órgano que ataque el linfoma, es por esto que la Dra. Morales señaló que el paciente pocas veces recurre directamente al hematólogo. Por ejemplo, si se trata de un linfoma gástrico, los síntomas se manifiestan en el estómago con nauseas, estreñimiento, entre otros signos comunes que hacen que la persona recurra primero a un gastroenterólogo; de igual manera, si el linfoma se encuentra en el sistema nervioso, puede ocasionar trastornos de visión. Sin embargo, en líneas generales, los síntomas que se pueden presentar son: crecimiento ganglionar duro, no móviles y sin dolor, fiebre vespertina, pérdida de peso mayor del 10% del peso que el individuo tenga y sudoración nocturna.
Entre las opciones de tratamiento la hematóloga comentó que dependen del grado de la enfermedad, tipo de linfoma y la edad del paciente. “Si son linfomas no agresivos, las medidas pueden ir desde técnicas de esperar si el paciente mejora, hasta aplicarle quimioterapia, radioterapia, quimio radioterapia o las terapias inteligentes, las cuales son una alternativa novedosa basada en medicamentos biotecnológicos, que les ofrecen mejor calidad de vida”, agregó la especialista.
“Los medicamentos biotecnológicos, también conocidos como anticuerpos monoclonales, inmunoterapias, terapias dirigidas o inteligentes, a diferencia de la quimioterapia, actúan selectivamente sobre las células tumorales, sin afectar las células buenas, lo que representa para los pacientes tratamientos más eficaces, menos invasivos y que reducen los efectos secundarios”, comentó la Dra. Morales.
Por su parte, la Dra. María Alejandra Torres, hematóloga de la Unidad de hemato-oncología de la Clínica Santa Sofía agregó que: “Las terapias biológicas han cambiado el tratamiento de los linfomas B de manera tal, que hoy día el nuevo estándar de oro es la combinación de la quimioterapia nueva o pasada con este tipo de inmunoterapia o terapia biológica inteligente”.
Adicionalmente, la Dra. Torres destacó que: “Como ciencia, hoy en día tenemos mayor conocimiento de los eventos moleculares y de los trastornos de defensa o fallas del sistema inmunológico que favorecen la progresión de los linfomas; por lo que lo nuevo que vamos a experimentar terapéuticamente hablando, es una expansión terapéutica llamada inmuno-oncología en la cual la clave está en la manipulación y activación del sistema inmunológico del propio paciente”.
En el marco del Día Mundial del Linfoma, las especialistas indicaron que la recomendación general es que ante alguno de los signos de alarma, el paciente debe consultar al médico para lograr un diagnóstico temprano, y ofrecer alternativas de tratamiento que ofrezcan una mejor calidad de vida al paciente.