Así deberíamos llamar a todas las entregas que ha hecho la oposición oficial al régimen desde que los venezolanos en las calles sacamos al dictador en abril de 2002. Cada día adicional que soportamos y que profundiza más aún el lamentable desastre por el que pasa nuestro país, ocurre algo que ratifica todavía más (si es eso posible) mi convencimiento de hace mucho tiempo de que hay que salir de esta oposición oficial PRIMERO para poder salir de este régimen DESPUÉS. Pero dadas las actuales circunstancias parece que habrá que salir de ambos al mismo tiempo…
No solo por el crimen de colaboracionismo expuesto abiertamente durante la llamada Mesa de Dialogo del año pasado, donde cercenaron la posibilidad de hacer que soltaran a los presos políticos, congelando lo único que hace que el régimen reaccione, que no es otra cosa que la protesta ciudadana en la calle, sino porque alzándose con unas banderas ajenas de protesta de la sociedad civil, especialmente las de los jóvenes venezolanos que dieron su vida en las calles, se han constituido como los primeros defensores del régimen, por acción u omisión, y hasta por ignorancia. Un crimen de lesa oposición colaboracionista.
La primera reacción de todo el mundo fue que el régimen cerraba la frontera por motivos electorales, en un afán de provocar una excepción generalizada para evitar las elecciones del 6D. Claramente, como el régimen de Chávez-Maduro ha cedulado indiscriminadamente en la frontera, no podían permitir que esos votos que una vez fueron suyos ahora se traspasen a la oposición (ver Venezuela destruye cédulas a deportados http://notihoy.com/venezuela-destruye-cedulas-a-deportados/).
Pero lo único cierto es que amparados por un decreto de excepción y de suspensión de garantías en los municipios fronterizos, el régimen se ha cargado los derechos humanos de más de 10 mil personas. Léase bien, DIEZ MIL PERSONAS. Una situación de derecho humanitario de dimensiones planetarias (ver Santos desde Cúcuta: Deportaciones de colombianos es una tragedia humanitaria http://mnwey.awslvpni.com/2015/09/02/santos-desde-cucuta-deportaciones-de-colombianos-es-una-tragedia-humanitaria/)
¿Y cuáles han sido las reacciones de los principales voceros de la oposición oficial, además de decir lo que decimos todos que el régimen quiere suspender las elecciones (que a mi juicio ahora sería lo de menos)? En primer lugar, ignorar de manera irresponsable que estamos ante unos delincuentes capaces de atropellar los derechos humanos de más de 10 mil personas, de la misma manera como lo hicieron los nazis con los judíos en la II Guerra Mundial, con tal de permanecer en el poder. ¡Los siguientes seremos nosotros en el resto del país! Un crimen abierto de lesa oposición colaboracionista.
En segundo lugar, tratar de minimizar la barbarie cometida solicitándoles a los colombianos que no tomen la ofensa como lo que en realidad es y enjuicien a Nicolás Maduro por delitos de Lesa Humanidad en la Corte Penal Internacional de La Haya (ver Capriles pidió a Santos rectificar denuncia contra Venezuela ante CPI
http://www.el-nacional.com/politica/Capriles-Santos-rectificar-Venezuela-CPI_0_694730620.html).
Un crimen de lesa oposición pero esta vez con una alta dosis de ignorancia, al punto que el Embajador Diego Arria le corrige la plana indicándole que a la CPI no se llevan países sino personas (ver Diego Arria hace precisiones a la solicitud de rectificación a Santos
http://mnwey.awslvpni.com/2015/09/02/diego-arria-hace-precisiones-a-la-solicitud-de-rectificacion-a-santos/). ¡Qué vergüenza! Lo menos que podía haber hecho era leerse el Estatuto de Roma antes de pedirle eso al Presidente de Colombia.
Menos mal que en Colombia las instituciones todavía funcionan independientes y quien llevará a La Haya la acusación por los desafueros de Nicolás Maduro en la frontera con Colombia no será el Presidente Santos sino el Procurador General de ese país (ver Procurador Colombiano denunciará a Venezuela en Corte Penal Internacional http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/150826/procurador-colombiano-denunciara-a-venezuela-en-corte-penal-internacio).
Lo que la oposición oficial no acaba de entender es que el mundo entero, y en especial nuestros vecinos colombianos, ya conocen de la catadura moral y delincuencial del régimen venezolano y que ES INSOSTENIBLE pretender seguir fingiendo ser opositores demócratas frente a una banda de delincuentes sin ser parte de esa banda. ¡Un crimen de lesa oposición cómplice!
Entonces, ya estamos llegando al momento de las definiciones. Si Capriles le pide a Santos “rectificar”, en el afán de evitar caer “en un conflicto con Colombia para distraer de los problemas que se viven en el país y que si se realiza la denuncia ante la CPI el conflicto se agudizará”, entonces estamos ante la misma actitud irresponsable de un sujeto que nos pidió bailar salsa y tocar cacerolas para evitar unas muertes, que de todas maneras el régimen ha provocado todos los días y desde mucho antes de ese momento, con el concurso de sus bandas armadas.
Esa solicitud cobarde a Santos es la misma del 2013 y de aceptarse en Colombia atornillará al régimen tanto como lo logró su decisión de no marchar al CNE el 17 de Abril de 2013, para reclamar un triunfo que no era de él sino nuestro. Esto fue más que un crimen de lesa oposición, fue una traición a los venezolanos que confiamos en él. Y más aun, un crimen repetido porque no podemos olvidar que dirigentes de la MUD también pidieron a los Estados Unidos que se suspendieran las sanciones a los delincuentes señalados en la Orden Ejecutiva de Obama (ver Henri Falcón pidió a Obama derogar decreto http://www.el-nacional.com/politica/Henri-Falcon-Obama-derogar-decreto_0_598740313.html).
¿Hasta cuando Capriles se arrogará el derecho de representar a los opositores venezolanos en todas las instancias y pretender ser su principal vocero? ¿En condición de qué se dirige a un Presidente y/o funcionarios de otros países para solicitar acciones en nombre de “la oposición”? ¿Lo volvimos a elegir acaso para seguir representándonos? Un crimen de lesa oposición usurpadora. Si hubiera una CPI para los crímenes de lesa oposición, a los primeros que deberíamos juzgar seria estos líderes “opositores” que han hecho más daño con esas actitudes que el mismo régimen.
Tengo la convicción que tanto el régimen como su oposición oficial se irán el mismo día, pagando los dirigentes de esta última por sus crímenes de lesa oposición en la Corte electoral de un pueblo con voto transparente, tanto como pagarán los personeros del régimen por los suyos en la Corte Penal Internacional. Ojalá que en esta oportunidad Maduro y sus acompañantes violadores de Derechos Humanos si lleguen vivitos y coleando a pararse frente a un Juez de la CPI, pero no solo por los crímenes de Lesa Humanidad cometidos en contra de los colombianos de la frontera sino además por los crímenes cometidos en Venezuela, al ser responsables de la sangre derramada de nuestra juventud y la destrucción del futuro de una generación.