Quienes no queremos huir de nuestra tierra ni queremos condicionarnos al silencio hipócrita, menos escondernos detrás del “manto privilegiado” del poder de la voraz y destructora “revolución” ni ser de la irresponsable condición de eludir la crisis política, económica y social, que actualmente sufre nuestra amada Venezuela, aceptamos luchar ante los retos que la realidad imponga. Bajo este esquema queremos tocar algunos puntos de uno de los últimos escritos del señor Heinz Dieterich, titulado: Maduro-Cabello entierran a Venezuela y la Patria Grande, publicado en La Patilla, el 4 de septiembre de 2015. Al parecer, el reputado filósofo mexicano-alemán es dado a generalizar en contra de la inteligencia de los venezolanos que adversan democráticamente al fracasado gobierno que él, alguna vez, asesoró. Y así, en esta generalización desmedida, parece decirnos que alguien, sólo por ser de izquierda, goza de inteligencia privilegiada.
En esta trayectoria de la lucha democrática, queremos relatar nuestras inquietudes y discrepancias, tal como lo dicta la razón ponderada de muchos pensadores, mundialmente reconocidos, que coinciden en decirnos que una mente privilegiada, no generaliza, no discrimina ni estigmatiza a los seres humanos, solo por ser de una tendencia filosófica, política, religiosa, etc. Ni tampoco opina de manera ligera como Heinz Dieterich: “China ha triunfado”, como si en China hubiese triunfado el socialismo de Mao y no los postulados del pragmático Deng Xiaoping y su liberación de la economía “socialista”. Su afirmación no le da para revisar al descollante desarrollismo del capitalismo, lo que sufre el trabajador y la población menuda de ese país. O referir: “Es importante tener presente esta génesis de la tragedia venezolana actual, cuando el país se encuentra ante una creciente ola de intentos goebbelianos de reescribir y falsificar la historia del proceso, incluyendo la del golpista Leopoldo López y sus cómplices”. Estas apreciaciones parecen venidas de un “juradista”. Como si la tragedia del país fuese generada por la oposición, López fuese nazi y hubiera dirigido ejércitos armados contra el gobierno. Además, si por añadidura, algunos sectores políticos venezolanos se equivocan, de manera lapidaria, Heinz Dieterich, los califica con epítetos degradantes o deja asentado que son carentes de inteligencia. Sin decirlo directamente, pareciera negarles por esto, el derecho a ejercer ciudadanía. Al parecer, la nostalgia de su pasado chavista, no le permite abogar por quienes padecen represión, cárcel por hacer política ni rechazar la violación de los DDHH.
Estas maneras de pensar, cuando son venidas de personalidades enaltecidas, como la de Heinz Dieterich, son difíciles de creer. Y todo, por saberlas que son proferidas por una verdadera inteligencia instruida y bien educada. Además, sin analizar el daño impuesto por los diferentes países imperialistas, los aciertos o desaciertos del poder e influencia del pensamiento eurocentrista sobre los países de nuestro continente, sin exceptuar al marxismo, sería exagerado decir: “En la derrota de la lucha por la soberanía hemisférica hay una trágica corresponsabilidad de la oligarquía, de la soldadeska y del oportunismo y analfabetismo político burgués venezolano.” Aclaro, no soy de la oligarquía, no pertenezco a la Fuerza Armada Nacional, no soy de la burguesía ni del gobierno y por convicción no apoyo golpes de Estado. Pero me atrevo a preguntar: ¿Quién es más analfabeta, el que empuña un fusil contra un pueblo para imponer su ideología o el que lo persuade, lo organiza, trabaja con él, activa la producción y lo hace próspero? Señor Heinz Dieterich, endilgarnos ese protagonismo, es su libertad, es su pensamiento y su análisis. Pero, aunque compartamos varios puntos de su análisis, no podemos validar esa manera de pensar en contra de los venezolanos. Pues, “esto va de la mano de una liviandad – como lo dice Fernando Savater, en su obra Los Diez Mandamientos en el Siglo XXI – que se percibe en todos lados y que se define con la máxima de “todas las opiniones son respetables”. Esto es una tontería. Quienes son respetables son las personas, no las creencias. Las opiniones no son todas respetables. Si así hubiese sido, la humanidad no habría podido avanzar un solo paso. No se puede respetar las ideas totalitarias, xenófobas, racistas, excluyentes, que violen los elementales derechos humanos.” Los venezolanos siempre hemos luchado por nuestra libertad y la libertad de otros pueblos. En el siglo XX luchamos 60 años contra las dictaduras y a favor de la democracia que apenas sobrevivió 40 años. Hugo Chávez, valido de la democracia, gana democráticamente; pero desde su inicio, deja de actuar como demócrata. Viola la Constitución de 1961 y esquiva con un Estado paralelo a la CNRBV de 1999. Hoy, bajo los preceptos de su Artículo 333, buscamos la restitución de la Constitución, legalmente vigente; pero sustituida, de manera ilegal, por los planes I y II de la Patria.
Sí, luchamos contra la obligada conversión que pretende realizar la “revolución” chavista-madurista contra cada venezolano. Es contra natura renegar y adversar a las libertades democráticas, renunciar al progreso, a los eficaces y eficientes servicios públicos y al bienestar social. Ciertamente, hay que optimar a la administración democrática para mejorar la calidad de vida de cada habitante de la nación y es por ello que tenemos que hacer triunfar a la economía para dar respuestas sociales. Puesto que, como lo dice el economista austriaco Ludwig von Mises, en su obra El Cálculo Económico en el Sistema Socialista: “La actividad económica es absolutamente imposible sin cálculos. Desde el momento en que los cálculos económicos son imposibles bajo el socialismo, quiere decir que en el socialismo no puede haber actividad económica”. En consecuencia, y en redundante disposición, la población venezolana quiere cálculo económico para retribuirlo al pueblo, en respuestas sociales y empleo sin parasitar a nadie. Y con él, derrotar a la dependencia, la inflación y a la escasez.
Lo reiteramos, en la Venezuela actual, hay una oligarquía de poder neo-totalitaria que imposibilita el cálculo económico y debilita a la economía. Nunca, durante la democracia, con todos sus defectos y máculas, había existido un grupo de poder dueño de todos los Poderes Públicos ni hombres, como los últimos presidentes “revolucionarios”, que contraviniendo a la Constitución, se hicieron propietarios, señores, administradores y violadores de la ley del BCV, ni figuras como el inefable Rafael Ramírez, haciendo de las suyas, como lo hizo en la hoy quebrada Pdvsa. Este gobierno destruyó a las empresas públicas y privadas.
Si nuestro ejemplo de lucha democrática sirve para orientar al Continente, que así sea; pero cada pueblo se da su nombre. Usted, amigo, quizá no lo sabe; pero aquí, a la cúpula roja, lo que le falta es decretar contra quienes pensamos distinto, lo que hicieron lo Reyes Católicos españoles en el año 1492, para legalizar la diáspora contra el pueblo sefardí: “Conversión, exilio o muerte”. No lo ha hecho, porque hay una oposición plenamente democrática, que en medio de la represión y la manipulación de la propaganda difamadora del gobierno, practica la lucha no violenta. La izquierda antidemocrática, siempre será jurásica y se torna más peligrosa cuando está a punto de perder el poder. Estamos plenamente persuadidos, señor Heinz, que su pensamiento jamás podría aceptar, aunque decirlo parezca exagerado, una persecución de hermanos contra hermanos, solo por pensar diferente. Es hora de que muchos ayudemos a elaborar la agenda de la unidad del país. No podemos seguir opinando sin dar soluciones.
Víctor Vielma Molina/Educador/victormvielmam@gmail.com