El culto a la personalidad del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez añadió un nuevo elemento, al incorporar el gobierno su natalicio y muerte en las efemérides escolares, según un decreto difundido este martes. AFP
La medida rige para los colegios públicos y privados de educación básica, que deberán organizar actividades alusivas al exmandatario nacido el 28 de julio de 1954 y cuya muerte se produjo el 5 de marzo de 2013 a raíz de un cáncer.
Para asegurar el cumplimiento del mandato, el ministerio de Educación “producirá una ficha pedagógica que oriente” dichos eventos, señala el texto publicado en la gaceta oficial.
Según el gobierno, el decreto busca “regular” las efemérides y abarcar aquellas que por su relevancia promueven el “desarrollo de la identidad nacional”.
“Esto es parte de la mitología que tiene que construir el gobierno para poder mantener el culto a la personalidad (de Chávez), algo que no es nuevo en la historia reciente de la humanidad”, dijo a la AFP la psicóloga social y analista política Mercedes Pulido.
Las manifestaciones para exaltar la figura del gobernante socialista (1999-2013) se multiplicaron tras su deceso, incluso con tintes místicos como cuando Nicolás Maduro afirmó haberlo visto en la forma de un pájaro luego de ser elegido como su sucesor.
También Maduro reportó a fines de 2013 la supuesta aparición del rostro de Chávez en una construcción en Caracas y luego aseguró haber dormido en el mausoleo donde están sus restos.
Imágenes y discursos del expresidente también se difunden en los medios oficiales, donde su voz se escucha a diario entonando el himno nacional; mientras, la silueta de sus ojos, con gesto vigilante, se ve en muros y fachadas de edificios residenciales construidos por el chavismo.
Este último elemento ha sido aprovechado por opositores al gobierno, quienes pintan paredes con los mismos ojos, pero con inscripciones burlescas como “Nicolás, te estoy viendo, hay escasez”, en referencia al desabastecimiento de dos tercios de los productos básicos.
Este aspecto “hace parte de lo superficial, de la banalización. Como en el caso de Simón Bolívar, tanto se manosea la persona o el mito que acaba siendo descalificado”, indicó Pulido.