La Oposición es aquella que es completamente refractaria al narcocomunismo. Nótese que el término es un sustantivo propio, que denota particularidades, diferencias, exclusión. A todos se les permite serlo, mas no todos pueden merecer esa tarea prometéica de redirigir el futuro de la Nación, y desplazar completamente a la clase MUD-PSUV. Se ha sido excesiva y asquerosamente permisivo a la hora de escoger a los referentes políticos… ¿el resultado? Vivimos bajo el imperio de una organización criminal que usa un poder que no le corresponde, para lograr la expansión e instauración de la ilegalidad y la traición como política.
La estirpe con la que puedo tildar a los MUDos es stalinista – por aquello de “crear oposición; antes de que puedan organizarse” –. Ambos (MUD-PSUV), de manera recíproca, se asisten para consolidar cualquier fin que implique mayor estabilidad político-social para ellos, así logrando un afianzamiento mayor de la dictadura y terminar de legitimar la colonización de los Castro y el Foro de São Paulo en Venezuela. Sin embargo, este colaboracionismo no es nuevo: sabemos que se acentuó luego de los hechos del 2002, donde el auge de los progresistas (hijos adoptados “necesarios” de los vestigios de la URSS en Latinoamérica) se dio y acorazaron al neo-comunismo aún más.
Tras un análisis quirúrgico, hemos llegado a la conclusión de que ellos no son en lo absoluto contrarios a la dictadura. Evaluemos, entonces, el mito de la Oposición; ¿quién es y quién no es adverso a la organización criminal que secuestró el Estado?
Las pandillas politiqueras MUD-PSUV sólo son opositoras a la Libertad, a Venezuela. No buscan arrancar el Poder de las manos del régimen, puesto que ellos reciben unos cuantos beneficios de esa complicidad – uno que otro puesto burocrático, cobertura mediática, control en la población… –. Su único trabajo es animar a la sociedad a asistir a todas las comparsas electorales de los comunistas, y asegurarse de mantener esa vía relativamente viva. No les interesan logros notables, puesto que comprometerían su comodidad y estabilidad. Saben, para ellos es “muy complejo y abstracto eso de la Libertad”. Es mortal.
Una Oposición Fabricada es aquella que compagina en muchos aspectos ideológicos con criminales. Aquella que “trabajar por Venezuela” significa construir canchas deportivas y no enfrentarse a los destructores de todo un país. Los Opositores Fabricados son los que denuncian fraude electoral y años más tarde llaman a confiar en los criminales que ELLOS permitieron llegar al máximo escalafón estatal. Son aquellos que utilizan a la Juventud, la cual se rebeló ante los verdugos del futuro de sus familias, y meses más tarde la condenaron en un pacto (y rendición) televisado.
La naturaleza de los MUDos deriva de la misma naturaleza del narcocomunismo. Éste último deviene por sus mismas características – uso desmedido de la fuerza, carencia de métodos constitucionales, advenimiento de un heredero que acarrea un período de inestabilidad… – y, aunque puede que no precise de un embadurnamiento cuasi-democrático, en la contemporaneidad, asegura más la evasión de la caducidad de la dictadura una agrupación de débiles-de-espíritu que pacten un estado de destrucción, corrupción y ficción permanente, donde sólo esa élite MUD-PSUV sea la beneficiada.
Somos verdaderos Opositores los que estamos en resistencia. Nosotros luchamos contra los factores y piezas impuestas por fuerzas externas – y contra ellas –, ¿ellos? Pues, recientemente uno de sus llenadores-de-vacíos de Voluntad Popular afirmó que “no son adversos al régimen”. Si usted se proclama opositor, se está adjudicando una tarea colosal con la que “o se cumple, o se cumple“. Los MUDos prostituyeron toda esencia virtuosa que emanaba del sueño de liberar a Venezuela: por ello somos recelosos con esto. La Venezuela Futura necesita de los mejores venezolanos; no de los que vistieron franelas contrarias, sobre sus harapos colorados; mucho menos de los que permiten la comisión de la barbarie.
Somos La Oposición aquellos que sabemos que estas organizaciones criminales no saldrán del Poder a través de sus cuevas institucionales. Los que nos oponemos a métodos débiles y complacientes para restituir la dignidad en la República. Somos Opositores los que entendemos que no necesitamos de “alguien más” para emprender esta guerra de existencias. Todos los individuos que comprenden el rol de la sociedad civil como juez de la clase política actual y forjador del futuro que quiera, son Oposición.
La Oposición es vasta con una sola persona, pues en ella es fuerte la voluntad inmensurable de defender la Nación y sólo eso, mantiene viva la llama libertaria.
La verdadera disidencia es la Resistencia, no la “alternativa democrática”. Su función no es cambiar, sino legitimar – sólo así se benefician –. Nuestra función es derrotar la ficción que han impuesto y restituir el hilo constitucional en el país; luego de eso, la Resistencia se disolverá. Mientras tanto, seguiremos en esta batalla contra la Izquierda Internacional que azotó la región que yacía en los laureles de las décadas pasadas.
La verdad es que los MUDos como oposición son sólo un mal mito; en la historia de la Libertad, una palabra insípida que no cuela en la frase. Contaban que eran férreos e irreverentes contra lo que hoy en día, irónicamente son: tiranos de sus propias filas. Aunque algo sí es cierto: los mitos se desvanecen cuando la verdad azota sus puertas… De la misma manera, la verdadera Oposición superará y desplazará al régimen, junto con sus cómplices “disfrazados”.
¡Libertad o Nada!