El gobernador Francisco Arias Cárdenas, en el marco del cierre de la frontera de los municipios Mara, Guajira y Almirante Padilla con Colombia, afirmó que las colas de los supermercados están disminuyendo paulatinamente. A pesar de esto y del bloqueo de usuarios por número de cédula, las largas filas mantienen magnitudes significativas y los compradores deben dirigirse desde horas de la madrugada para poder acceder a los comercios.
Se arriesga a pesar de la prohibición de pernoctar fuera de los automercados. Desde las 4.00 de la mañana el obrero estuvo esperando su turno para entrar al abasto. A pesar de este esfuerzo, le restaba un largo camino que recorrer para poder traspasar las puertas del establecimiento.
Cientos de personas se acomodaron en las afueras de un automercado de la ciudad. Con abanicos improvisados, paraguas y toallas buscaban refugiarse del calor y del sol. Caras hastiadas y vendedores ambulantes invadieron los sectores en los que se ubica cualquier establecimiento que venda productos regulados.
“Cerraron la frontera y hay más cola todavía”, asegura Eduardo López, quien trabaja en una empresa de seguridad. A su alrededor otros usuarios asentían y concluían que las colas eran “peores”. Otro cliente que prefirió no ser identificado preguntó en dónde están los alimentos decomisados en las acciones de la Operación de Liberación del Pueblo (OLP).