Presidente de Honduras dice que la OEA recomienda reformar sistema judicial local

Presidente de Honduras dice que la OEA recomienda reformar sistema judicial local

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El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, dijo hoy que la Organización de Estados Americanos (OEA) instó a su país a reformar el sistema judicial para garantizar su efectiva independencia y combatir la impunidad.





EFE

La recomendación fue hecha este viernes por el facilitador de la OEA en el diálogo sobre la corrupción y la impunidad en Honduras, John Biehl del Río, tras entregarle al presidente hondureño un documento sobre la segunda fase del proceso.

En una rueda de prensa en la Casa Presidencial, Hernández dijo que el enviado de la OEA le presentó “una propuesta con líneas estratégicas para el combate de la impunidad y la corrupción”, las cuales fueron diseñadas con base en el diálogo que el representante sostuvo con varios sectores del país.

“Esas líneas estratégicas sugieren que debemos abordar de manera integral la reforma de nuestro sistema de justicia para asegurar su fortalecimiento, su independencia completa, su transparencia y su competencia profesional sin tacha”, subrayó.

El gobernante precisó que entre las recomendaciones, que serán analizadas el fin de semana por el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad, figura también pedir a la OEA que “asista” a Honduras en esa reforma del sistema judicial.

Además, indicó que los resultados de la segunda fase del diálogo anticorrupción demuestran que “la prioridad” de todos los sectores que participan en el proceso es “la lucha contra la corrupción y la impunidad”.

Hernández anunció que el próximo lunes el canciller hondureño, Arturo Corrales, se reunirá en Washington con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, para entregarle una carta con “el sentir y pensar” del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad sobre la propuesta del organismo continental.

El mandatario indicó que en Honduras es necesario “tomar medidas inmediatas para robustecer el funcionamiento de la justicia”, con el fin de garantizar “la impartición de justicia oportuna y expedita”.

Reconoció, además, que Honduras no puede tener “una persecución penal efectiva” mientras los fiscales no cuenten con mejores recursos humanos, materiales y técnicos para “investigar a fondo, evaluar y construir científicamente los elementos de prueba”.

El gobernante dijo sentirse “muy optimista” porque diferentes sectores del país han demostrado su “voluntad” de querer participar en el diálogo que convocó en junio pasado.

“Hablando se entiende la gente y en la unidad está la fuerza de la nación. Podemos tener diferentes opiniones sobre determinado tema pero antes que todo somos hondureños y todos queremos que el país salga adelante”, subrayó.

Añadió que en el país “hay grandes cambios” y que esas variaciones “generan algún nivel de resistencia e incomodidades, pero (que) es la hora de Honduras y tenemos que tomar decisiones, no podemos permitir que el tiempo siga pasando”.

Recordó que cuando juró como presidente de Honduras, el 27 de enero de 2014, se comprometió a “recuperar la paz y la tranquilidad combatiendo el delito en todas sus formas” y luchar “a favor de la honestidad de los servidores públicos y por la transparencia, combatir la corrupción e impunidad”.

El mandatario señaló que en Honduras existen personas, no identificadas, que “buscan desestabilizar las instituciones democráticas”, pero también hay ciudadanos “cansados de esperar” y que “están exasperados”, como él, por “la lentitud del aparato del sistema de justicia”.

El diálogo necesita “el apoyo” de la comunidad internacional, enfatizó Hernández, quien afirmó que la OEA y Naciones Unidas son los organismos “idóneos” para lograr “los mejores resultados” del proceso.

“Mi deseo es lograr que todos juntos los hondureños alcancemos una patria diferente, donde pueda cambiar la situación de la pobreza insostenible, cambiar también para que nos podamos acercar a la igualdad de oportunidades para el desarrollo de las familias que viven en la Honduras olvidada”, explicó.

Para ello, señaló que se requiere “robustecer nuestra democracia, para que la confianza entre gobernante y gobernados se afiance cada vez más” y entender que el diálogo “es una de las herramientas más poderosas de la democracia para combatir los serios problemas que afectan las naciones”.