Miles de refugiados empezaron hoy a entrar en Croacia por la nueva ruta balcánica por la que desean llegar hasta Europa occidental, mientras las desbordadas autoridades croatas advirtieron de que se agotan sus capacidades.
Casi 9.000 personas accedieron a la exrepública yugoslava en menos de 48 horas, procedentes de Serbia, según las últimas cifras oficiales, y de éstas más de 7.000 lo hicieron solo hoy.
“En este momento hemos agotado nuestras capacidades y en las conversaciones con dirigentes de ACNUR (agencia de refugiados de la ONU) y de la Unión Europea (UE) hemos dicho que Croacia está ya llena”, declaró hoy el ministro croata del Interior, Ranko Ostojic.
Ostojic hizo su advertencia desde el paso fronterizo de Tovarnik, adonde llegó la mayor parte de los refugiados, que en lugar de viajar hasta Hungría, que ha sellado su frontera, ahora lo intentan por Croacia.
“No somos un país que en un momento dado no pueda ser solidario, pero en este momento pedimos que paren la afluencia”, dijo el ministro en referencia a Grecia, Serbia y Macedonia, desde donde llegan los inmigrantes.
Frente a la ola sin precedentes de refugiados, en cuestión de horas colapsaron los controles de la policía que al principio trataba de registrar regularmente a los inmigrantes.
“En caso de una nueva ola de refugiados de grandes proporciones, tendremos que bloquear la frontera, para poder estabilizar la situación humanitaria de la gente que ya ha entrado”, Ostojic.
El ministro croata de Defensa, Ante Kotromanovic, aseguró que si empeora la situación, “el ejército saldría a las fronteras”. “Tenemos varios miles de soldados listos para salir”, advirtió.
El primer ministro, Zoran Milanovic, suavizó la postura croata al indicar que la situación es seria “pero no dramática”.
“En Croacia no los pararemos ni lo podemos hacer. Nadie puede forzarnos a hacerlo. Nuestros recursos son limitados. Nuestros corazones son tal vez grandes, pero las posibilidades no”, dijo.
“Croacia no colocará alambradas”, agregó el primer ministro croata, en referencia a la valla alambrada levantada por Hungría.
El Gobierno croata estimó ayer que tiene capacidad para manejar la llegada de unos 1.500 refugiados por día, pero que no podría afrontar decenas de miles.
Los refugiados llegan a Croacia desde la frontera entre Serbia y Macedonia, por donde sigue afluyendo una media diaria de unos 2.000 personas que han pasado antes por Grecia y Turquía, procedentes de países en conflicto como Siria, Irak y Afganistán.
De Croacia, la nueva ruta les llevaría a través de Eslovenia (país miembro del espacio Schengen), hacia Austria, Alemania y otros países europeos.
En Tovarnik, varios miles de refugiados esperaban hoy durante horas en la estación de trenes para ser llevados de forma organizada hasta los centros de acogida en Zagreb y otras localidades del país.
El cansancio y la incertidumbre hizo que en ciertos momentos aumentaran las tensiones como cuando unos grupos se encaminaron a pie por la vía férrea hacia la capital, o cuando se apresuraban en masa a entrar en los autobuses enviados por las autoridades ante la falta de trenes para transportarlos.
La alcaldesa de Tovarnik, Ruza Sijakovic, advirtió hoy de que hay varias veces más refugiados que habitantes en su aldea de apenas 1.500 almas, y que los vecinos están preocupados por su seguridad.
En un hotel de Zagreb donde fueron alojados anoche unos 350 refugiados, la tensión aumentó ante la exigencia de que se les deje marchar para seguir camino hacia otros países.
Tras una protesta improvisada en el hotel, con pancartas y gritos de “libertad, libertad” y “paso libre”, las autoridades dejaron salir a la gente en grupos.
Muchos salieron andando o en taxi hacia las estaciones de trenes para ir hacia la frontera con Eslovenia.
Los refugiados no entraban hoy solo por Tovarnik, al sur de la frontera serbo-croata, sino también por Batina, más al norte.
Allí llegaron en autobuses unos 3.500 refugiados desde Horos, en la frontera entre Serbia y Hungría, donde ayer hubo violentos incidentes entre inmigrantes y las fuerzas de seguridad húngaras.
La Cruz Roja croata ha pedido a la ciudadanía donaciones de todo tipo para poder afrontar la crisis
Mientras, la presidenta de Croacia, la conservadora Kolinda Grabar Kitarovic, pidió hoy “un control más firme de la frontera” para que los refugiados pasen por los puestos oficiales y no de forma incontrolada a través de los campos de los alrededores.
“El aspecto humanitario es una cara de esta crisis, pero la otra son los aspectos de la seguridad, económico, social y otros”, dijo.
La oposición conservadora ha criticado al Gobierno de no haberse preparado para la crisis, y el HDZ, principal fuerza opositora, incluso pidió el cierre de la frontera con Serbia. EFE