En su último día de visita en Estados Unidos, el papa Francisco lamentó la legalización de los matrimonios entre personas homosexuales pero también pidió a los obispos a enfocar sus energías en otra cosa en lugar de quejarse, reseña Associated Press.
Ante 300 obispos reunidos en un seminario a las afueras de Filadelfia, el pontífice dijo que una iglesia que sólo explica su doctrina es “peligrosa y desbalanceada”.
Los obispos estadounidenses han lamentado repetidamente la aceptación de los matrimonios gay, y consideran un fallo al respecto por parte de la Corte Suprema del país un “error trágico”.
Más tarde, Francisco irá a una prisión a reunirse con reos y luego dará una misa ante miles de personas en Filadelfia.