El Papa Francisco dijo el lunes que funcionarios públicos tienen el “derecho humano” de negarse a cumplir con una tarea como emitir licencias de matrimonio a homosexuales, si sienten que esto viola su conciencia.
En declaraciones a periodistas en el vuelo de regreso tras un viaje de 10 días a Estados Unidos y Cuba, Francisco también repitió su condena contra los curas que cometieron abusos sexuales a menores, diciendo que las víctimas habían sido “aplastadas por el mal”.
Aunque el Papa nacido en Argentina ahondó en algunos de los debates políticos más espinosos de Estados Unidos durante su visita, nunca se refirió específicamente a la controversia sobre los matrimonios de parejas del mismo sexo, a los que la Iglesia se opone firmemente.
En el vuelo de regreso a Roma, fue consultado sobre si apoyaba a los individuos, entre ellos funcionarios públicos, que se negaban a aceptar ese tipo de leyes, como emitir licencias matrimoniales a los homosexuales.
“La objeción de conciencia debe entrar en cualquier estructura jurídica porque es un derecho”, dijo Francisco.
A principios de este mes, Kim Davis, funcionaria del estado de Kentucky, fue a prisión porque se negó a emitir una licencia a una pareja gay luego de que la Corte Suprema legalizó el matrimonio homosexual.
El caso de Davis cobró relevancia nacional en la campaña para las elecciones presidenciales del 2016. El aspirante republicano Mike Huckabee realizó actos a favor de Davis, una cristiana apostólica que desde entonces se unió al Partido Republicano.
“No puedo tener en mente todos los casos que puedan existir sobre objeción de conciencia pero sí puedo decir que la objeción de conciencia es un derecho que forma parte de cada derecho humano”, dijo el Papa en italiano.
“Y si alguien no le permite a otros ser objetores de conciencia, les niegan un derecho”, agregó.
Francisco dijo que la objeción de conciencia debía ser respetada en las estructuras legales. “De otro modo, terminaríamos en una situación donde elegimos qué es un derecho, al decir: ‘Este derecho tiene mérito, este otro no'”, afirmó.
En la espontánea conversación de una hora, algo que se ha vuelto una marca registrada de su pontificado, el Papa volvió al problema del abuso por parte de los sacerdotes. El domingo, se reunió con cinco víctimas de abuso sexual y emitió su más amplia condena de este delito.
En el avión, Francisco dijo que el abuso sexual no estaba confinado a la Iglesia, pero era peor cuando lo cometían hombres religiosos.
“Sabemos que los abusos están en todas partes, en las familias, en los vecindarios, en las escuelas, en los gimnasios, pero cuando un cura comete un abuso es muy grave porque la vocación del sacerdote es hacer que ese niño, esa niña crezca hacia el amor a Dios, hacia la madurez”, afirmó.
“Pero en cambio (la víctima) es aplastada por el mal y esto es casi un sacrilegio porque el cura ha traicionado su vocación, la llamada del Señor”, dijo el Papa.