EEUU asume protagonismo inevitable de Rusia e Irán en Siria

EEUU asume protagonismo inevitable de Rusia e Irán en Siria

Foto EFE
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Estados Unidos certificó esta semana en la ONU su giro estratégico en Siria, una táctica más realista que reconoce el protagonismo inevitable de Rusia e Irán en el futuro del país pero que corre el riesgo de generar una “transición interminable”, según expertos.

EFE/Lucía Leal

En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, el presidente estadounidense, Barack Obama, abrió definitivamente la puerta al diálogo con Rusia e Irán, dos actores con los que hasta ahora había limitado o rechazado toda cooperación en Siria por una diferencia que consideraba insalvable: su apoyo al régimen de Bachar al Asad.





“(Estados Unidos) está siendo realista, y lo realista es que Rusia y Al Asad son parte de la solución. Como en la Segunda Guerra Mundial, cuando EE.UU. y el Reino Unido llegaron a acuerdos con (Iósif) Stalin, es hora de forjar acuerdos”, dijo a Efe Gordon Adams, experto en política exterior de la American University.

Este giro es también un reconocimiento tácito de que “la política estadounidense de entrenar a la oposición moderada siria ha fracasado”, con apenas cinco combatientes insertados con éxito en el campo de batalla en Siria después de meses de esfuerzos y 500 millones de dólares invertidos, apuntó Adams.

La lucha contra el Estado Islámico (EI), la reciente escalada militar rusa en Siria y la falta de consenso para convocar una nueva conferencia de paz que intente poner fin al conflicto han cambiado el cálculo de Obama, que hace un par de meses se negaba a cualquier cooperación con Irán por considerarlo un valedor de Al Asad.

El nuevo escenario podría incluso flexibilizar la hasta ahora inamovible condición estadounidense de que Al Asad debe abandonar el poder para que haya paz en Siria.

“Al Asad tiene que irse (…), pero no tiene que ser en el día uno (de los acuerdos de paz), o el mes uno”, afirmó el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, la semana pasada en Londres.

El diálogo con Rusia comenzó en serio durante la reunión de este lunes entre Obama y el presidente ruso, Vladímir Putin, en la que Estados Unidos trató de obtener respuestas sobre las intenciones militares rusas en Siria y de acercar posturas sobre Al Asad.

En cambio, la oferta de diálogo a Irán se ha topado por ahora con el silencio y fuentes diplomáticas estadounidenses admiten que no tienen claro si los iraníes están interesados en aceptarla.

Parece más probable, por ahora, que esas conversaciones se desarrollen a nivel multilateral: este lunes, Irán y el Grupo 5+1 (EE.UU., Francia, Reino Unido, Rusia, China y Alemania) hablaron sobre la posibilidad de iniciar un diálogo sobre el conflicto en Siria, según la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.

En cualquier caso, Estados Unidos ha querido cubrirse las espaldas y esta semana Kerry intensificó sus contactos en la ONU con los países europeos y árabes que coinciden en su exigencia de que Al Asad abandone el poder, como Francia, Jordania o Arabia Saudí.

El cambio de estrategia estadounidense no ha estado exento de críticas en un Washington muy escéptico con Moscú y Teherán.

“Si hablamos con los dos principales aliados de Al Asad sobre su propio destino, no deberíamos hacernos ilusiones sobre cuál es la solución más probable”, advirtió Aaron David Miller, experto en Oriente Próximo en el centro de estudios Wilson Center.

Esa solución será “una transición interminable que le mantenga (a Al Asad) en el poder durante bastante tiempo, y Rusia e Irán como los actores clave eternos en el drama sirio”, escribió Miller en un artículo de opinión en el diario The Wall Street Journal.

Lo mismo opina Charles Lister, un analista especializado en Siria en el centro de estudios Brookings, que ve enormes riesgos en “acomodar las demandas rusas e iraníes para la supervivencia de Al Asad y potencialmente incluso una partición de facto del país”.

“Eso solo prolongará e intensificará el conflicto y casi seguramente encenderá una movilización yihadista como la que el mundo nunca ha visto”, alertó Lisner en la página web de Brookings.

Para Adams, en cambio, ha llegado la hora de asumir que “al final, Al Asad se quedará en el poder durante algún tiempo” en la transición y que “Estados Unidos no podrá dictar los términos”.

“Estados Unidos no tiene nada que ganar si se queda al margen y al menos algo que ganar si llega a un acuerdo” con Irán y Rusia, subrayó.