Un nuevo material con apariencia de caucho transparente que tiene la casi milagrosa propiedad de autorrepararse ha sido desarrollado por científicos de la Universidad de Alicante (UA) con posibilidades de aplicación en variados campos, entre ellos el sanitario y la industria aeroespacial.
Este material autorreparable, pionero a nivel mundial y cuya fórmula fue patentada el pasado junio, es un tipo de resina desarrollada por el catedrático de Química Inorgánica José Miguel Martín, el ingeniero químico e industrial José Antonio Jofre y el químico Andrés Jesús Yáñez, del Laboratorio de Adhesión y Adhesivos de la Universidad de Alicante, el único centro científico en esta especialidad del país.
Este nuevo componente es “enormemente versátil”, en palabras a EFE de José Miguel Martín, ypodría tener aplicaciones concretas en numerosas industrias, como la automoción, médica, textil, pinturas, cosmética e, incluso, para la aeroespacial por su capacidad de “auto-regeneración”.
Se repara solo porque, si se rompe o corta por la mitad y se vuelve a poner en contacto, en unos segundos queda completamente unido sin mediar ningún otro producto aditivo o ser objeto de estimulación externa (normalmente calor). De esta manera, se arreglaría casi inmediatamente el elemento utilizado, ya fuera médico, como un catéter, prótesis o un corazón artificial (evitaría la intervención quirúrgica), o en un neumático o en el caso de piezas de un satélite en el espacio.
Actúa mediante un proceso físico (no químico) que se puede repetir cuantas veces sea necesario con la misma eficacia y, según Martín Martínez, el hecho de que esta auto-reparación se dé igualmente fuera o dentro de un fluido aporta una característica “excepcional” que no se había observado en ningún otro material conocido.
El hallazgo de la formulación para conseguir un material tan polivalente se produjo de manera “casual” hace poco más de un año durante una investigación con otro fin encargada por una empresa multinacional al Laboratorio de Adhesión y Adhesivos.
Los investigadores vieron que, tras medir las propiedades mecánicas a las piezas del material desarrollado, éstas volvían a regenerarse tras haber sido fracturadas y deformadas, siendo difícil diferenciar, pasadas unas horas, las piezas que se habían ensayado de las que no.