El fenómeno inunda las redes sociales y páginas webs de compra y venta de productos usados, tales como OLX y Mercadolibre.
Tomando como referencia un país demográfica, cultural y socialmente similar a Venezuela, como Colombia, se aprecia lo sorprendente:
En Venezuela se venden 491 perfumes o fragancias usadas. En Colombia tan solo 17. Una proporción similar sucede con mercancías dañadas o para reparación: en Venezuela se ofertan 4.584 artículos para reparar; en Colombia 153. Ello se replica con computadoras, celulares o artículos dañados, en una dinámica comercial para menguar la profunda crisis económica del país, que ha desabastecido casi plenamente los mercados de productos electrónicos que van desde televisores hasta reproductores de música.
Con la venta (o compra) de un producto usado, el consumidor puede ahorrarse hasta el 70% del precio de un nuevo activo. Adicionalmente, es la disponibilidad común.
El experto en mercadeo digital y director de la tienda de descuentos Aprovecha.com, Renné Scull, da su opinión al respecto:
“El venezolano está buscando lo que haya, básicamente, y también que sea más barato. Hay una migración importante del comercio tradicional, incluso en las tiendas físicas, hacia el Internet. Por disponibilidad y por precio, pero también por seguridad”.
“Debido a la escasez en los comercios se consiguen muchas más cosas en el mundo virtual. Entonces el consumidor ya no busca unos cauchos, por ejemplo, en la cauchera, sino que prefiere comprarlos en portales web para ahorrar y por conseguirlos. Esto es un fenómeno relativamente reciente, que ha venido en crecimiento en los últimos dos años”, concluyó Scull.
Katherine Gutiérrez es una venezolana de 29 años que hace dos semanas realizó sus registros en distintos portales de compra/venta por internet. Ahí, explicó, puso a la venta todo lo que su hermano, de 25 años, dejó tras su éxodo a España.
“Yo también estoy por irme del país, pero la situación está tan precaria, mi sueldo es tan insuficiente, que puse a vender una tabla de surf, un microondas, un celular viejo, algunas chaquetas en buen estado y la cama de mi hermano para ir reuniendo mi capital para cuando me vaya”, expresó.
Gutiérrez planea convertir la ganancia de las ventas en divisas adquiridas en el mercado negro, pero explicó que aún no han “caído muchas ofertas para lo que estoy vendiendo. Supongo que más a final de año, cuando la gente cobre las utilidades, lograré venderlo todo”.