Para Maduro es un asunto de tener “confianza” en el sistema electoral y lo demás es coser y cantar.
Claro está, en el caso del rapaz del Supremo no es difícil tenerle “confianza” a un sistema tan acoplado a las órdenes que emanan desde Miraflores. Cómo no confiar en un organismo cuyas representantes además de permitirle todo tipo de triquiñuelas y marramucias electorales salen a cada rato a ponerle trabas a la oposición democrática. Cómo no echarse en los brazos de un ente que funciona como el MinPoPo de Asuntos Electorales del Régimen.
¿Qué piensa la MUD sobre semejante conminación? No lo sé.
Eso sí, creo que la dirección política opositora debería devolverle el grosero emplazamiento. Sugiero una elegante invitación desde la sede de algún organismo internacional (la ONU, por ejemplo) para que el hijo de su papá firme, previamente, un documento en el cual le exijamos juntos al “mejor sistema electoral del mundo” garantizar la “observación internacional”, impedir la malversación y el peculado de uso de los bienes del Estado en la campaña electoral y meter en cintura a la FANB durante el proceso electoral.
En suma, una invitación a garantizar lo que establece la Constitución y las leyes. Un pequeño seguro frente a la trampa cazabobo del fulano documento de respeto a los resultados electorales del hijo del que te conté.
Creo que no es mucho pedir. ¡Verdad, Nicolás!