La realidad vivida durante el día de ayer en la zona comercial de Puerto Cumarebo, describe la triste realidad por la que tienen que atravesar los zamoranos para tratar de adquirir algunos productos de la cesta básica. Apenas se conoció que se vendería harina precocida y pañales, entre otros rubros, los consumidores comenzaron a hacer colas desde la noche anterior para ser los primeros compradores al día siguiente.
Pero la desesperación se convirtió en anarquía y se rebasaron los mecanismos de control para la venta, coordinada por fiscales municipales de la Sundee con el apoyo de las comisiones de Polifalcón y Guardia Nacional. Gritos de protesta, damas embarazadas y personas de la tercera edad desmayadas producto del intenso calor, predominaron en el suburbio comercial de la capital zamorana. El volumen de productos pareció no satisfacer la creciente demanda. Llegó un momento, que por la alteración se plateó trasladar las cargas al comando de la GNB, cuestión que no se concretó.