Un equipo de científicos de la Universidad Vanderbilt en Nashville, Tennessee (EE.UU) concluyó que reírse durante 15 minutos al día puede ayudar a perder peso, ya que la risa hace que el corazón lata más rápido, trabajando a la vez una serie de músculos, lo que redunda en un aumento del gasto de energía, reseñó muyinteresante.es
Además, la vibración del diafragma provoca un masaje interno tanto en el estómago como en el hígado, generando jugos gástricos que reducen los ácidos grasos y nos ayudan a eliminar toxinas del organismo. Podemos llegar a perder 2 kgs al año con nuestro aporte de risa diario.
La risa provoca sensación de felicidad
Lo decía Erasmo de Rotterdam: “Reírse de todo es propio de tontos, pero no reírse de nada lo es de estúpidos”. Y es que la risa nos aporta felicidad. Nuestro córtex cerebral libera impulsos eléctricos que obstruyen el paso de pensamientos negativos justo un segundo después de que empecemos a reír. Otro de los expertos que indagó sobre el tema fue Sigmund Freud quien fue el primero en atribuir a la risa el poder de desechar de forma natural la energía negativa de nuestro cuerpo.
La risa combate el insomnio
Las virtudes de la risa son claras y todos los expertos coinciden. Con una carcajada se activan los casi 400 músculos que hay en el rostro, algo que sucede si tenemos un semblante serio. Además, gracias a la risa logramos desterrar nuestros miedos y nuestras preocupaciones, que son los que normalmente nos asaltan por la noche cuando lo que intentamos es dormir plácidamente. La risa nos hace estar relajados, tranquilos y, en general, sentirnos bien. Para dormir de un tirón, nada mejor que la risa.
La risa alivia los dolores
En la Edad Media los bufones también se calificaban como auténticos sanadores gracias a su contribución al humor de los habitantes, ya que la risa ayuda a segregar catecolaminas y dopaminas. El mejor ejemplo del Medievo fue Bernardino II Matello quien, a base de risas, consiguió que el hermano de Isabel de Este -gran mecenas de las artes-, Alfonso (esposo de Lucrecia Borgia), sanara por completo. “Es imposible que imagine nadie el recreo y placer que me ha proporcionado este bufón, él ha sido la causa de que la carga de mi enfermedad pareciese más ligera”, explicaba en su carta el recuperado Alfonso en el S. XV.
La risa nos ayuda contra los problemas cardiovasculares
Muchas son las sustancias que se liberan cuando nos reimos: las endorfinas, la adrenalina, la dopamina y la serotonina. Además, a nivel psicosomático, una gran cantidad de dolencias cardíacas tienen su centro neurálgico en la tristeza, que provoca que el corazón se contraiga. Si sonreímos y nos reímos, el corazón se relaja y se ensancha.
La risa mejora la piel
Según un estudio del Hospital Sisol de Surquillo, el buen humor ayuda a cuidar nuestra piel. ¿De qué forma? Mientras la tristeza hace que las defensas del cuerpo bajen y seamos más propensos a enfermar, la risa hace que nuestro cuerpo se enfrente mejor al entorno y esté más protegido y nuestra piel se verá con mejor color y más sana. Además, si nos reímos a carcajadas nuestro corazón bombeará sangre a mayor velocidad con lo que es probable que también sudemos o incluso lloremos. Todo ello nos ayuda a mejorar el aspecto de nuestra piel gracias a las toxinas que eliminamos de esta manera.
La risa reduce el estrés
Y es que la risa salva vidas. Ya hemos hablado de las hormonas que segregamos cuando nos reímos. Entre otras, las endorfinas, esas hormonas que potencian nuestro sistema inmunitario, causan un aumento de la sensación de bienestar y nos ayudan a combatir el estrés. Es una auténtica píldora natural contra el estrés. Así que el refrán de “al mal tiempo buena cara” ya tiene una base científica también. Un estudio llevado a cabo por las psicólogas Tara Kraft y Sarah Pressman, de la Universidad de Kansas (EE.UU). y publicado en la revista Psychological Science, concluyó que la risa tiene un efecto en el cuerpo a un nivel químico, que provoca en quien sonríe un bienestar físico de 24 horas de duración.
La risa previene las contracturas
Y es que al reír relajamos prácticamente toda la musculatura de nuestro cuerpo, ya que nuestros movimientos se vuelven totalmente espontáneos. Este nivel de relajación ayuda a prevenir las contracturas.