Hablamos de seis escaparates de alta cocina a varias decenas de metros sobre el suelo. Sídney, Bangkok, Dubái, París, Atenas y, también, Madrid. Seis paradas con vistas de infarto en una particular y sabrosa vuelta al mundo. Egorevista.es
Vértigo en Bangkok
La vibrante capital tailandesa sobrecoge al visitante por su cultura callejera tanto como por sus gigantescos y lujosos rascacielos. En uno de ellos, el del Banyan Tree Hotel, se abre la azotea de Vertigo y su célebre Moon Bar. Es uno de los favoritos de los turistas adinerados, ofrece cenas al aire libre con el marisco como punto fuerte y carnes de primera calidad. Bebidas como el clásico Vertigo Sunset, a base de zumos y un toque de Malibú, también son protagonistas destacadas.
Historia en Atenas
Tudor Hall repasa la historia de Grecia y la de parte de la humanidad con lo que sale de sus fogones y con la postal panorámica que ofrece sobre la Acrópolis. Se trata del emblemático restaurante del hotel King George, a Luxury Collection Hotel, catalogado por muchos entendidos como lo mejorcito de la ciudad. Su propuesta es tradicional, aquí es fácil hacerse a la idea de los sabores clásicos del país, aunque siempre con un ligero giro creativo que los hace aún más atractivos si cabe. El “souvlaki” de cordero es imperativo.
Pájaros en París
L’oiseau blanc es el restaurante que corona uno de los más nuevos hoteles de la capital francesa, el Peninsula, el único que la exclusiva cadena china ha abierto en Europa. Su cocina es autóctona, elegante y sofisticada como la Torre Eiffel a la que se asoma desde sus mesas. Sidney Redel elige los productos del mercado cada día para elaborar un menú “bistronómico”, como él lo llama, que concluye siempre con alguna de las deliciosas creaciones del pastelero Julien Alvarez.
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