Diabetes y alcohol: ¿y si no fueran enemigos?

Diabetes y alcohol: ¿y si no fueran enemigos?

vinotinto

El vino tinto en cantidades moderadas podría ayudar a controlar la diabetes tipo 2, según una nueva investigación, “Efectos glicémicos del consumo moderado de alcohol entre pacientes con diabetes tipo 2”, publicada en Annals of Internal Medicine (Anales de Medicina Interna). Los pacientes que participaron siguieron la misma dieta mediterránea, con una sola variación, que reveló los resultados: aquellos que bebieron alcohol en moderación tuvieron mejor control del nivel de azúcar en sangre que los que bebieron cerveza sin alcohol con la cena.

 Gabriela Esquivada /Infobae





Mejoran los lípidos, mejora la glucosa
El  primer estudio de largo plazo —dos años— y gran escala —224 pacientes, entre 41 y 75 años— para ver si el vínculo era sólido. El grupo de voluntarios no sabía que algunos beberían alcohol, sólo que eran parte de una investigación para el mejor control glicérico. Durante esos dos años, los pacientes dejaron por completo la comida chatarra y adhirieron a la dieta mediterránea (con muchas grasas saludables, como el aceite de oliva o las almendras), sin restricción de calorías. Cuando comenzó el estudio, el cuadro diabético de todos los pacientes se encontraba bajo control.

Los 224 voluntarios se dividieron al azar en tres grupos:

Uno tomaría una copa de vino tinto con la comida a la noche (150 mililitros, que contienen 13 gramos de alcohol); el otro, una copa de vino blanco; el último, cerveza sin alcohol. Shai y los demás investigadores del equipo midieron los niveles de colesterol, el azúcar en sangre, la presión arterial, el ritmo cardíaco y otros indicadores de salud cardiovascular y control de la diabetes, al comienzo del estudio, a los seis meses y al final.

Al cabo de los dos años se confirmó que, en comparación con el grupo que bebió cerveza sin alcohol, los que bebieron vino —tanto tinto como blanco— se beneficiaron con mejoras en el control del azúcar en sangre. Los que bebieron vino tinto, además, mejoraron sus niveles de colesterol bueno, HDL, en un 10 por ciento en comparación con los demás.

—¿A qué se lo atribuye?

Encontramos que, en el largo plazo, el vino tinto resultaba mejor para optimizar el perfil de lípidos y, en particular, para incrementar de manera moderada el colesterol bueno, HDL. Dado que los vinos tintos y blancos son comparables en contenido calórico y de etanol, suponemos que la interacción del alcohol con los polifenoles (que son siete veces mayores en el vino tinto) son la razón principal de esas diferencias.

Los pacientes en el grupo de alcohol redujeron visiblemente la circunferencia de la cintura y los niveles de colesterol malo, LDL. Parece que en la población diabética, que toma medicaciones para bajar la glucosa y los lípidos, el alcohol multiplica la capacidad de baja de la glucosa.

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