Los cuervos suelen limitar sus interacciones sociales a los miembros de su familia cercana, pero amplían sus relaciones cuando necesitan transmitir conocimiento útil para conseguir alimento, según un estudio que publica hoy la revista Nature Communications.
Científicos de la Universidad británica de St Andrews sugieren que los cuervos son capaces de ampliar sus redes sociales para facilitar la diseminación de rasgos culturales como el uso de herramientas.
Los investigadores han estudiado el comportamiento de los cuervos de Nueva Caledonia, una especie conocida por su capacidad para utilizar pequeñas ramas para hurgar en agujeros en la corteza de los árboles en busca de insectos.
Se cree que esa habilidad se transmite a otros cuervos a partir de la observación, si bien el aprendizaje depende de la estructura social del grupo y las interacciones entre sus miembros.
James St Clair y su grupo han utilizado aparatos de transmisión inalámbrica para seguir durante 19 días a una población de cuervos en la que conviven diversas familias, y han comprobado que la mayoría de las relaciones entre los individuos del grupo se limitan a aquellas aves que comparten genética.
Sin embargo, cuando aparece una fuente de alimento que requiere del uso de herramientas, los lazos entre la comunidad se incrementan rápidamente y se observa cómo individuos que hasta entonces no se relacionaban entre sí comienzan a interactuar.
Ese comportamiento parece estar limitado a un mismo grupo de aves, según los científicos, que también introdujeron una fuente de alimento a medio camino entre dos conjuntos de cuervos sin lograr que ambos estrecharan sus lazos.
“Las dinámicas sociales tienen profundas consecuencias en procesos como el flujo de información, pero son muy difíciles de medir en la naturaleza, por lo que hemos utilizado una nueva tecnología de transmisores para registrar los patrones de conducta de los cuervos”, relata el estudio publicado en Nature Communications.
“Hemos demostrado que la estructura social responde rápidamente a los cambios ambientales y que la nueva información se puede propagar rápidamente en comunidades en las que conviven varias familias”, añade el trabajo, que destaca el “sorprendentemente limitado contacto entre comunidades de cuervos colindantes”. EFE