El presidente cubano, Raúl Castro, se describió hoy como un “respetable bisabuelo” que hace ejercicio “todos los días” y aseguró que no piensa llegar a tatarabuelo en un discurso en el que recordó el inicio de su relación con México hace seis décadas y reiteró que dejará el cargo en 2018.
En la comida que ofreció en su honor el mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto, en motivo de la primera visita de Estado del mandatario cubano al país, Castro comentó con emoción que el 24 de junio pasado se cumplieron 60 años desde que por primera vez vio y empezó “a amar la tierra mexicana”.
“Mi emoción es muy especialmente grande” porque el lugar “en el que aterricé ese día fue Mérida”, capital del suroriental estado de Yucatán, “y fue donde vi por primera vez la tierra mexicana”, señaló Castro.
Recordó que llegó a México tras la persecución que sufrió en Cuba junto con su hermano Fidel, luego de que al “dictador Batista (…) no le quedó más remedio” que otorgarles la libertad “por la presión popular”.
“Éramos los únicos presos políticos que existíamos en ese momento”, dijo el presidente al referirse al grupo que sobrevivió al fallido asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953.
Contó que, tras ser “acusado y perseguido por la policía de haber puesto una bomba en un cine llamado Tosca”, su hermano lo llevó a la embajada de México, donde fue asilado por Gilberto Bosques, “una gran persona que ya jugó un papel similar” al proteger a miles durante el fascismo.
Después llegó Fidel a México y en noviembre de 1956 salió del puerto de Tuxpan (Veracruz) el Granma con 82 expedionarios a bordo dispuestos a emprender la revolución.
El desembarco en la isla fue el 2 de diciembre de ese año y “la historia sigue…”, señaló Castro, quien rápidamente pasó al presente para decir que, aunque ya no “es muy joven” y en junio próximo cumplirá 85 años, se “mantiene fuerte”.
Presumió que hace “ejercicio todos los días”, que tiene nueve nietos y que incluso ya es “un respetable bisabuelo”. Eso sí, dejó claro que no piensa “llegar a tatarabuelo, ni a chozno, porque se van a aburrir los cubanos de mí”.
Recordó que se retirará el 24 de febrero del 2018, cuando concluye su mandato, y confió en que después tenga más tiempo para volver a México, empezando por Mérida, pero ya “en visita privada”.