La Orquesta Sinfónica Juvenil Teresa Carreño, parte del laureado Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, dio hoy en Pekín su primer concierto en Asia, casi siete años después de que actuara en la ciudad su “hermana mayor”, la Simón Bolívar del célebre Gustavo Dudamel. EFE
La Orquesta Teresa Carreño, formada por la tercera generación de estudiantes del Sistema (jóvenes de entre 16 y 25 años) y dirigida por Christian Vásquez, ofreció hoy en el Teatro Nacional de China un repertorio intenso y de fuertes contrastes en el que se oyó desde “Una vida de héroe” de Strauss al “Candide” de Leonard Bernstein.
Además, la sinfónica presumió de raíces latinoamericanas tanto con obras clásicas del subcontinente (la “Sinfonía India” del mexicano Carlos Chávez y las suites de “Estancia” del argentino Ginastera) como con piezas populares para bailar, que fueron desde el Tico Tico hasta el Mambo Número Ocho de Pérez Prado.
“Teníamos muchas ganas de poder dar este regalo, estamos muy contentos y emocionados”, señaló a Efe el director de la orquesta, también primera batuta de la Sinfónica de Stavanger (Noruega) y que ya había estado en Pekín en 2008, entonces como violinista a las órdenes de Dudamel.
“Espero que salgan enamorados del concierto y del Sistema”, destacó Vásquez en alusión a la gran red de enseñanza musical que este año cumple 40 años, creada por el maestro José Antonio Abreu y que durante todo este tiempo ha enseñado a amar la música a tres millones de venezolanos.
La revolucionaria red de orquestas y su contribución a que muchos niños de Venezuela hayan esquivado la marginación o la pobreza desde 1976 hizo que en 2008 “el Sistema”, como se le conoce popularmente en su país, lograra el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.
La Orquesta Teresa Carreño, que la próxima semana actuará en Shanghái y más tarde tiene dos actuaciones en Tokio, es la tercera del Sistema que actúa en el Teatro Nacional de Pekín, ya que en 2011 también lo hizo la Orquesta Juvenil de Caracas.
Abreu, de 76 años y que visitó Pekín en 2008 con Dudamel para divulgar el sistema de orquestas en el gigante asiático, no se ha desplazado en esta ocasión a la capital china, pero sí lo hizo acompañando a la Teresa Carreño el actual director de la fundación que dirige esta gran red musical venezolana, Eduardo Méndez.
“No es un sistema para hacer músicos, sino para crear mejores ciudadanos”, señaló a Efe Méndez, quien afirmó que el gran reto de futuro para la organización es lograr reclutar a un millón de niños (actualmente estudian en ella unos 700.000) y seguir extendiendo su método de enseñanza en otros países.
Con mayor o menor alcance, en todo caso, el “método Abreu” ya se conoce y se aplica en toda Latinoamérica y también en Europa Occidental, EEUU, Corea y Japón, por lo que Méndez espera que China también se abra a ello.
“Sería una buena oportunidad de desarrollo en China, sobre todo por su metodología de enseñanza colectiva”, resaltó el responsable del Sistema, al explicar que la gran seña de identidad de sus conservatorios es que los niños aprenden juntos a tocar, no individualmente, con lo que aprenden rápido y se divierten más.