Venezuela y EE.UU. evitaron hoy el choque en la Organización de Estados Americanos (OEA) pese al malestar del país caribeño por las informaciones que sostienen que trabajadores de la petrolera estatal venezolana PDVSA fueron espiados por la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA).
Cristina García Casado / EFE
El ministro de Petróleo venezolano, Eulogio del Pino, compareció hoy en una sesión extraordinaria del Consejo Permanente del organismo, con sede en Washington, y no hizo ninguna alusión directa a Estados Unidos ni referencia alguna a la polémica por el supuesto espionaje.
Eso fue así pese a que él preside PDVSA y a que el objeto del Consejo era exclusivamente su presentación sobre Petrocaribe, la iniciativa impulsada hace diez años por Venezuela para suministrar combustibles a los países miembros con condiciones ventajosas de pago.
Del Pino centró su discurso en defender Petrocaribe de las críticas y en esbozar algunos de los retos para la próxima década porque, aseguró, “la iniciativa seguirá”.
Petrocaribe celebró en septiembre pasado en Jamaica su décimo aniversario, una efeméride que llega cuando existe el temor a que Venezuela no pueda mantener este programa por mucho tiempo debido a la caída del precio del crudo y de sus problemas económicos, con escasez de productos básicos y altos índices de inflación.
“Esta iniciativa ha sido atacada diciendo que Venezuela regala los recursos para buscar contraprestaciones, para lograr influencia política, y eso es una gran mentira”, defendió hoy Del Pino, para negar así que su país use Petrocaribe para “el soborno político”.
Del Pino evitó referirse a la polémica con Estados Unidos tanto en el Consejo de la OEA como a la salida de la reunión, cuando se negó a contestar las preguntas de un grupo de periodistas.
Sin embargo, poco antes de comenzar el Consejo había denunciado las actuaciones del país norteamericano en declaraciones a la cadena pública Telesur, con sede en Caracas.
Del Pino dijo al canal que el Gobierno de Estados Unidos quiere “fracturar” a la petrolera estatal PDVSA a través del espionaje a cientos de sus directivos, según revela un documento del exanalista estadounidense Edward Snowden.
El representante interino de Estados Unidos ante la OEA, Michael Fitzpatrick, tomó la palabra durante el Consejo pero solo para recordar los programas y acuerdos energéticos de su país con el Caribe, obviando cualquier otro asunto.
“Hemos priorizado la diversificación de los sistemas energéticos para contribuir a la competitividad de la región y a su capacidad de prosperar. Estados unidos y el Caribe hacen todas estas colaboraciones como compañeros, sin una agenda escondida”, afirmó el diplomático estadounidense.
“Tenemos que recordar siempre que nuestra energía más fuerte como democracias no es el petróleo, el gas, el aire, el agua o los combustibles fósiles, sino el talento y la creatividad de nuestra gente en el marco de los principios democráticos y de derechos humanos que defiende la OEA”, añadió, sin precisar más a este respecto.
Preguntado por las acusaciones de espionaje, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, John Kirby, aseguró que el Gobierno de su país no tiene “interés ni intención” de desestabilizar al Gobierno de Venezuela.
El Gobierno venezolano entregó hoy una nota de protesta a EE.UU. por el supuesto espionaje a PDVSA, y el presidente del país caribeño, Nicolás Maduro, ordenó la revisión “integral” de las relaciones que mantiene su nación con la norteamericana.
“Hemos visto muchas veces que el Gobierno venezolano intenta distraer de sus propias acciones al culpar a Estados Unidos u otros miembros de la comunidad internacional por cosas que suceden dentro de su país”, sostuvo el portavoz estadounidense.
Más de la mitad de los 34 países que conforman la OEA están en Petrocaribe, con un total de 19 miembros, entre ellos Cuba, que no ha querido reincorporarse al organismo continental después de levantarse su suspensión como miembro en 2009.
Forman Petrocaribe Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam y Venezuela.
Este bloque, que en los últimos años ha garantizado amplias victorias a Venezuela en la OEA, votó dividido en la última gran reunión del organismo, cuando el 31 de agosto Colombia propuso llevar al Consejo su crisis fronteriza con Venezuela y perdió ante Caracas a falta de un voto para obtener los 18 necesarios. EFE