El vestuario africano del Papa

El vestuario africano del Papa

GRA015. NAIROBI, 24/11/2015.- La hermana Ida Lagonegro, de 73 años, ultima una de las 2.000 estolas que han preparado con la inscripción "Pope Francis 2015" y con una cruz bordada con tela africana que llevarán todos los sacerdotes que participen en la visita papal al continente africano. EFE/Jèssica Martorell
La hermana Ida Lagonegro, de 73 años, ultima una de las 2.000 estolas que han preparado con la inscripción “Pope Francis 2015” y con una cruz bordada con tela africana que llevarán todos los sacerdotes que participen en la visita papal al continente africano. EFE/Jèssica Martorell

 

Desde hace dos meses, las máquinas de coser no descansan en un pequeño barrio chabolista de Nairobi, donde decenas de sastres trabajan a contrarreloj entre patrones, hilos y agujas para vestir al papa Francisco durante su estancia en Kenia, primera etapa de su visita al continente africano.

En un humilde taller de confección de Kangemi, la hermana Ida Lagonegro, de 73 años, supervisa las tareas de este grupo de costureros que tiene el “privilegio” de confeccionar la vestidura que lucirá el pontífice a partir del próximo miércoles, cuando llegue a la capital keniana.

La pieza estrella -y que probablemente más curiosidad despierte- es una elegante casulla con diseño africano con la que Francisco hará gala de la herencia de todo un continente.

“Estoy segura de que le gustará porque no es nada extravagante. Es un símbolo de la cultura, creo que lo apreciará”, asegura a Efe la hermana Ida en este taller, situado muy cerca de una de las iglesias que recibirán al santo padre.

Sobre un fondo blanco, la casulla lleva bordados unas coloridos motivos hechos “con el mismo material que utilizan las mujeres masai para sus adornos”, explica esta religiosa de nacionalidad italiana y que vive desde hace 48 años en Kenia.

Antes incluso de que el papa luzca esta prenda, un párroco italiano ya se ha puesto en contacto con el taller para pedir exactamente esta misma casulla.

“También hemos elaborado otra clásica, hecha con hilo de oro” y una alba decorada con la insignia JHS (abreviatura del nombre de Jesús) que el pontífice vestirá durante las misas, cuenta.

Además, los más de 30 costureros de Kangemi -algunos de ellos contratados para la ocasión- han elaborado unas 2.000 estolas con la inscripción “Pope Francis 2015” y con una cruz bordada con tela africana que llevarán todos los sacerdotes que participen en la visita papal, así como 560 albas y 70 casullas.

En las mesas de corte del taller, los sastres rematan todas estas piezas -que empezaron a elaborar a mediados de septiembre- y las planchan a conciencia para dejarlas impecables.

La hermana Ida supervisa hasta el último detalle de este importante encargo, que valora y considera como un bonito gesto del papa hacia los kenianos.

Durante su estancia, está previsto que Francisco visite Kangemi por un tiempo aproximado de una hora, en la que mantendrá un encuentro con unas 1.400 personas.

“Estamos muy contentos de que el papa venga. Hay muchas parroquias en Nairobi y en toda Kenia, pero él ha elegido Kangemi. Es un enorme privilegio. La gente está más que emocionada”, asegura orgullosa la religiosa.

La hermana Ida será una de las afortunadas que podrá asistir a este encuentro y conocer personalmente al pontífice.

“Será un privilegio poder estar allí”, afirma, y recuerda que ya en 1995 tuvo la oportunidad de conocer al papa Juan Pablo II durante su visita a este mismo país.

Esta será la primera vez que el papa Francisco visite África, un viaje muy esperado, según reconoció él mismo, y donde le aguarda una agenda repleta de actos.

Además de visitar Kangemi, se reunirá con las autoridades del país, oficiará una misa en el campus de la Universidad pública y tendrá un encuentro con miembros del clero, religiosos y seminaristas.

Tras su parada de tres días en Nairobi, el papa pondrá rumbo a Uganda y terminará su gira por África en la República Centroafricana, donde, entre otros actos, mantendrá un encuentro con la comunidad musulmana en una mezquita de Bangui, la capital.

Jèssica Martorell/EFE

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