Un cartel de “no hay pollo” plantó Mary Piña en su carnicería. La semana comenzó con caída de la venta de carnes rojas y blancas. En las dos neveras solo se exhibe una tira de chorizos, una bandeja de gallina, “unas poquitas que llegaron de la granja donde sacrificaron a las ponedoras porque no venderán más huevos por la baja en el precio de regulación”, lamenta Piña, reseñó La Verdad.
De la carne de res no sabe “cuándo llegará, está como el pollo, no hay venta” porque en los mataderos, según conoció, cayó la actividad, tras las fiscalizaciones y controles de los precios. Las inspecciones de la Superintendencia Nacional de Precios Justos a los comercios ocasionaron trabas a los distribuidores. “Todos venden por encima de la regulación por la inflación que está insoportable. Hasta el carnicero llega la carne cara”, destaca.
María Rivero, compradora, salía del mercado Altos de Jalisco sin cargar “salado”. No consiguió lo que buscaba. En una bolsa escurría unas “carcazas de pollo” que logró comprar para su perro “guardián”. Eran 250 bolívares por un puñado de huesos “goteando sangre”.
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