La próxima contienda electoral está marcada por símbolos que nos dicen mucho de lo que está en juego. El Cambio representado por la mano y el Continuismo por los ojos.
La mano extendida equivale a un salvavidas en medio de un mar embravecido que amenaza al país con un naufragio inevitable. Los ojos intimidantes representan al estado que coharta las libertades buscando someter a las personas a su solo arbitrio.
La mano indica un nuevo camino, lleno de esperanza y de respeto, de tolerancia y colaboración entre todos. Los ojos el despeñadero seguro, vigilando tus pasos, tus ideas y controlando el quehacer cotidiano.
Para muestra un botón. El tarjetón electoral esa obra siniestra del CNE cuenta con decenas de ojos y una sola mano. Pero una mano que basta para denunciar el atropello y la violencia, la corrupción galopante, la descarada malversación de los dineros públicos, el contrabando fronterizo y la conchupancia con el narcotráfico que enriquecen a la oligarquía roja en el poder.
Basta ver la televisión, oir la radio y leer la prensa escrita controladas por testaferros gubernamentales para ser testigos de la propaganda avasallante, a favor de los ojos, permitida sin sonrojo por los que están en la obligación de ponerle coto. Frente a ese desparpajo ahí está la mano amiga sin grandes recursos monetarios pero con una fuerza moral y ética inigualable.
Pero hay muchos más abusos de parte de las autoridades: la manipulación del registro y sus hijas predilectas, las nuevas circunscripciones, los nuevos centros de votación instalados en zonas controladas por el oficialismo y sus seguidores, todo conducente a burlar el voto mayoritario permitiendo que obteniendo menos votos puedan alcanzar una mayoría de diputados.
La mano ha realizado un gran trabajo de organización, movilización y convencimiento entre los votantes, particularmente entre los jóvenes, a los que más duele el futuro incierto y la falta de oportunidades. ¿Qué puede hacer todavía la mano frente a los ojos? Preparar y concientizar a los testigos de mesa para defender el voto. Estar preparados para exigir las actas en los centros de votación y pendientes para detener la operación remate aprovechando las prórrogas de la jornada a las que no tiene acostumbrado el CNE.
No hacemos un llamado a la violencia pues entendemos que esta es patrimonio de los partidarios del continuismo. Se conoce de qué lado se manifiesta. Ahí están los actos contra los candidatos del cambio auspiciados desde la propia presidencia del gobierno nacional.
Pero no permitamos que nos escamoteen el triunfo que reflejan todos los estudios de opinión. Vayamos confiados y en paz a depositar el voto de la esperanza por el cambio.
Eso sí listos y alertas ante cualquier intento de burlar la decisión popular. Pues la mano, compatriotas, debe saber cerrarse y convertirse en puño para golpear a los ojos en defensa de la decisión mayoritaria del pueblo. Esto es un mandato de la libertad y la decencia al que no se puede renunciar. Tengámoslo presente.
Juan Antonio Muller