Conozco a Alberto Federico Ravell. Hemos conversado. Lo he visto en persona. Tiene apariencia humana. Aparece como un hombre mortal ante mis ojos. Pero cuando escucho a Nicolás Maduro hablando de él, imagino si Alberto Federico será un alienígena con súper poderes o quizá un androide nuclear creado por los gringos que vino a acabar con la revolución. Pero luego caigo en cuenta que él no ha venido porque está fuera del territorio venezolano. Y de nuevo, me surge la duda: ¿Tendrá la mente de Ravell súper poderes telekinéticos?
Por Mario Guillermo Masone @massone59
Según Maduro, la falta de comida en Venezuela, o al menos en Mercal, Súper Mercal, Hiper Mercal… es culpa de Alberto Federico Ravell. ¿Se imaginan qué tipo de súper poderes tendría este individuo –por supuesto- si fueran ciertas las alegaciones en su contra, para ¡desaparecer! La comida toda de un país?
Alberto Federico Ravell, repito, no está en territorio venezolano. Además, tiene un medio de comunicación independiente que se llama La Patilla y ejerce la labor del periodista. Más bien se parece a Clark Kent. Pero según Nicolás Maduro es un archivillano. Y es un archivillano con unos súper poderes que sobrepasan a las “fuerzas” de la revolución y al poder del gobierno venezolano. Quizá para este presidente de mente peculiar Ravell es la conjunción de Pinky Cerebro, Doctor Evil, Darth Vader y algún otro maluco.
Haciendo la sátira a un lado, lo dicho por Maduro es una confesión de incapacidad. Una confesión de la más elevada ineptitud gubernamental. Un manifiesto a la derrota. El que un presidente afirme que un solo individuo es capaz de desaparecer los alimentos de un país, es, primero, burlarse a sí mismo. Es confirmar la mentira revolucionaria a todos los vientos.
La acusación de Diosdado Cabello en contra de los directivos de La Patilla, El Nacional y Tal Cual por una difamación que nunca ocurrió, fue un hecho que alerto e indigno a los venezolanos y a la comunidad internacional de naciones. Pero que ahora Maduro le endilgue la ausencia de alimentos es un insulto a la inteligencia global.
La estabilidad mental del presidente es preocupante. Los mismos revolucionarios deben estar muy inquietos ante las recientes intervenciones públicas del presidente. Ha llamado a la violencia, ha amenazado a todos los venezolanos. Ha llegado a un nivel en que solo se comunica por medio del insulto y el desvarío. Y ahora ha entrado al imaginario mundo de las comiquitas y los súper héroes. Esto no es juego de carritos.