El secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, y el cardenal español Santos Abril y Castelló se encuentran entre las doce personas llamadas a testificar en el juicio por el caso conocido como “Vatileaks2” y que hoy fue suspendido sin fijar nueva fecha.
Durante la vista estuvieron de nuevo presentes los cinco imputados en este proceso que juzga la filtración y publicación de documentos reservados de carácter financiero de la Santa Sede en dos libros.
La audiencia se dedicó exclusivamente a las excepciones presentadas por los abogados, la petición de inclusión en el sumario de nuevas pruebas y a la admisión de la lista de testigos.
Tanto el secretario de Estado vaticano como el cardenal español, que es presidente de la Comisión Cardenalicia de vigilancia del IOR (banco Vaticano) se encontraban en a la lista de testigos presentada por la imputada Francesca Chaouqui.
Entre las nuevas pruebas que serán incluidas en el proceso tras la autorización hoy del tribunal vaticano presidido por Giuseppe Della Torre se encuentran las conversaciones telefónicas y mensajes enviadas a Chaouqui del imputado Nicola Maio, quien trabajaba como colaborador del COSEA, la extinta comisión creada por el papa Francisco para que estudiase los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede.
También serán incluidos correos electrónicos y otras comunicaciones relativas a mayo de 2015 presentes en el ordenador del sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda, el tercero de los cinco acusados.
La abogada del Vallejo, Emanuela Bellardini, no obtuvo la posibilidad de poder realizar una pericia psicológica de su asistido para comprobar que “el estado psico-emotivo” en el que se encontraba el sacerdote español debido a la presiones de Chaouqui.
Mientras que si se admitió en el sumario una “pericia psiquiátrica” a la que se había sometido cuando supuestamente recibía presiones de Chaouqui para filtrar información reservada.
Se trata de un documento que se encuentra en su piso y que tendrá que ser recogido por parte de la Gendarmería del Vaticano.
Se tendrá hasta el 14 de diciembre para presentar los peritos informáticos y realizar las pericias del nuevo material.
Después se realizará una audiencia a puerta cerrada en la que se analizarán cuáles son las conversaciones, comunicaciones y correos que son admitidos en el proceso, y finalmente se determinará la fecha de la próxima audiencia, que previsiblemente será después de Navidad.
Además de Maio, Chaouqui y Vallejo Balda, también se sientan en el banquillo por el conocido caso “Vatileaks2”, en referencia al juicio en 2012 contra el mayordomo de Benedicto XVI, Paolo Gabriele, los periodistas italianos Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, autores de los libros que publicaron los documentos reservados.
El juez Dalla Torre admitió todos los 12 testigos presentados por las partes.
La defensa de Vallejo pidió como único testigo a Mario Benotti, que durante los hechos era un funcionario de la presidencia del Gobierno italiano y que se encuentra implicado en otra investigación en Italia relacionada con Chaouqui.
Mientras que Nuzzi pidió como testigos dos propietarios de librerías, y de los periodistas Paolo Mieli y Paolo Mondani.
Maio citó como testigo a monseñor Alfredo Abbondi, jefe de la secretaria de la Prefectura Económica vaticana.
La relaciones públicas además de los dos cardenales pidió testificar al limosnero Konrad Krajewski, a monseñor Paolo Logiudice, entre otros. EFE