Con una inflación que podría llegar a 215% antes de terminar el año, la crisis económica que arrasa el país ha generado que las propinas para los tradicionales “cochinitos” hayan mermado.
Christopher Borrero/El Carabobeño
Pese a que se desconoce la cifra final de la dádiva, el dinero ya está comprometido. Los trabajadores usarán dichos fondos para respaldar gastos que no fueron cubiertos con el pago de las utilidades y otros beneficios laborales.
José Jiménez, cajero de un establecimiento comercial, refirió que aunque los clientes siguen siendo generosos, solo dan “puros billetes de 10 o 20 bolívares. El año pasado había más gente dando propinas”.
Jiménez tiene pensado en invertir en ropa. A lo largo del año no ha tenido cómo comprar prendas de vestir, por lo que espera llegar al menos a 15 mil bolívares y asegurar el costo de un pantalón nuevo.
Elizabeth Fuentes tiene dos años de servicio en una panadería, recordó que los aguinaldos el año pasado fueron de cinco mil bolívares por empleado. En promedio unos 20 empleados trabajan en el sitio, al estimar los turnos diurnos y nocturnos. Pero este año el flujo de donaciones es menor y la plantilla de empleados se mantiene.
La situación es similar en el caso de José Sánchez, charcutero, quien aún no tiene claro en qué invertirá la contribución de fin de año.
“La crisis está fuerte, así que primero tengo que ver cuánto me toca en esta oportunidad antes de ver en qué los gasto”, admitió jocosamente.