Como lo que nos circunda a los venezolanos es una superlativa crisis –crisis social, económica, política y ética–, la nueva Asamblea Nacional, en especial la nueva mayoría demócrata, no puede fallar ni cometer errores que se pueden evitar con algo de inteligencia y sentido común. Un aspecto de gran trascendencia en los destinos de la Nación es la elección interna de la nueva directiva. Sobre todo responder lo antes posible: ¿quién es el nuevo Presidente del Poder Legislativo?
Pare ello hay dos tipos de consideraciones ineludibles: las institucionales y las políticas.
Las consideraciones institucionales están de anteojitos. Están claras. El nuevo Presidente de la Asamblea Nacional sale del seno del partido político que obtuvo más diputados. En este sentido, no habría espacio para la discusión.
Donde sí hay una discusión necesaria y perentoria, es en las consideraciones políticas. Porque si el mensaje de la Mesa de la Unidad Democrática, cuyo tuétano es la reconciliación y convivencia nacional y la reconstrucción del país, hay que tomar en cuenta la respuesta a la pregunta ¿quién es la persona idónea, el mejor diputado, para que como nuevo Presidente de la Asamblea Nacional coadyuve a cumplir la meta prometida durante la campaña?
En vez de responder a esta pregunta, de manera directa, opto por seguir el método usado por Santo Tomás en casos difíciles; esto es: responder “lo que no es”; en este caso: “quién no debe ser” el Presidente de la Asamblea Nacional para el inicio de sus sesiones.
La MUD ha afirmado y reafirmado que es necesario el diálogo y la reconciliación. El gobierno de Maduro hace todo para polarizar y repolarizar. Luego, el Presidente de la Asamblea Nacional no debe ser factor de polarización. Esto quiere decir que mientras menos rechazo goce el nuevo Presidente de la Asambea Nacional, mejor.
Por ello, no debería ser alguien que sirva de referencia al puntofijismo, que es contra lo que el chavismo luchó todos estos años. Además, no debe ser alguien que genere rechazo y conflictividad en las Fuerzas Armadas. No debe ser un pica pleito de oficio. No debe ser de la vieja escuela.
Dicho lo anterior, en nuevo Presidente de la Asamblea Nacional, debe ser un estratega. Un conciliador. Un prudente. Un prudente, y, aun así, con sangre joven. La directiva de la Asambea Nacional necesita renovarse así misma y frente al país. Necesita de un renovador que la encabece. Uno que no sea ni de izquierda ni de derecha. Ni un conservador, ni un revolucionario. Necesita un Presidente que escriba un nuevo capítulo en nuestra historia.
Mario Guillermo Massone
@massone59