Tras los comicios del 6D, algunos analistas coinciden en que el verdadero protagonista de la contienda fue el llamado “voto protesta” o “voto castigo” determinado por una crisis económica galopante, publica El Tiempo.
Por Rafael Arias
Pero según sociólogos y politólogos consultados por El Tiempo, las parlamentarias fueron manejadas como una suerte de plebiscito en torno a la figura y la gestión de Nicolás Maduro, poniendo en la palestra la efectividad (y la permanencia) del liderazgo post Hugo Chávez.
En este contexto, la revisión interna del chavismo, y en particular del madurismo, era el primer punto en la agenda luego del 6D. Sin embargo, después de dos semanas, esta tarea luce cuesta arriba.
A pesar de la convocatoria del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) para evaluar las causas de la derrota, la respuesta del Ejecutivo ha sido abonar en un discurso desafiante que busca que las funciones de la nueva Asamblea Nacional (AN) queden disminuidas utilizando incluso la conformación de un Parlamento Comunal.
Para el sociólogo Trino Márquez el gran perdedor fue Maduro quien a su juicio ha tenido una respuesta “catastrófica” ante la derrota.
“Las primeras reacciones fueron de un radicalismo absurdo. Precisamente eso es lo que llevó a la derrota estruendosa. Por ejemplo, el hecho de que haya dicho que se va a oponer a una Ley de Amnistía refleja un nivel de intolerancia desmedido, absurdo, porque primero debe conocerla”.
Márquez explica que una evaluación objetiva de los resultados del 6D debería indicar que la población está pidiendo correcciones a las políticas públicas y un cambio del discurso, “porque no funcionó, es incorrecto”. Señala que el factor económico fue el que jugó en contra del oficialismo en la contienda, pero añade que el concepto de guerra económica no existe cuando los verdaderos males son la “ineptitud y la corrupción”.
La socióloga Maryclen Stelling ve un “golpe muy fuerte para el proceso revolucionario, el cual se inserta dentro de lo que algunos analistas de la región están llamando desgaste de los modelos progresistas”.
Señala que si el chavismo desea permanecer como proyecto y modelo político está obligado a rectificar.
“El Gobierno últimamente poco entendía lo que estaba sucediendo en el país y sigue culpando al enemigo que está fuera, a la guerra económica, el cerco mediático, y no atendía el proceso interno. Este golpe electoral los obliga a una revisión interna”.
Tras el revés del 6D el Psuv instaló asambleas en distintas regiones del país para diseñar un plan colectivo, desde las bases, para la “contraofensiva”, con el fin de realizar una “revisión profunda”.
¿Debacle del chavismo?
Para politólogo Nicmer Evans es evidente que Maduro decidió acompañarse por gente que no está teniendo la capacidad de conectarse con los problemas del país.
“Lamentablemente Maduro está demostrando no haber tenido la capacidad hasta ahora de digerir la derrota, procesarla, tener la voluntad de la rectificación real”.
Instó a Maduro a analizar la situación “sin adulantes” para poder reflexionar realmente sobre los intereses del país, no sobre los propios.
“Más que ser crítico hay que ser duro. Es increíble ver la actitud de los dirigentes del partido frente a esta derrota, con una carencia de humildad, haciendo política miserable, distanciada de un proyecto político, con pérdida absoluta de valores”.
Los consultados señalaron que el 6D se convirtió en un plebiscito para Maduro, donde se midió su popularidad y la certeza de sus políticas públicas, en las cuales evidentemente no salió victorioso.
Evans es claro al sostener que partir del principio de que el chavismo enfrenta una debacle es errado, y es capaz de avizorar que de seguir llevando el accionar actual, “lo que debe ser cercano es el fin del gobierno de Maduro”.
“Es el fin de un sector del chavismo representado por Maduro, Cabello y Jorge Rodríguez, que están ajenos a la realidad, pero el chavismo está vivo. Lo que no hay es un chavismo sano. Hay una cúpula que maneja el chavismo y lo tiene enfermo”.
Hace énfasis Evans al sostener que se debe reaccionar para salir de la dirigencia actual y tomar nuevos caminos.
“En manos de esta dirigencia la construcción del socialismo se trata de frases vacías, frases manipuladoras que terminan cercando y frustrando a la gente de poder seguir construyendo algo en positivo”, puntualizó el analista político.