Científicos de la Universidad de Copenhague mapearon individualmente, mediante imágenes, por resonancia magnética funcional, las regiones de este órgano que logran activarse con estímulos típicos de estas festividades.
“Los resultados del escaneado cerebral en el que se midieron los cambios producidos en la oxigenación y el flujo de la sangre en el cerebro en respuesta a la actividad de las neuronas, fijaron qué partes del cerebro estaban involucradas en lo que conocemos como espíritu de la Navidad”, se explica en este medio.
Así se descubrió que las zonas que se encendían con las imágenes navideñas eran: la corteza motora primaria y la corteza premotora, el lóbulo parietal superior, el lóbulo parietal inferior y la corteza somatosensorial primaria, indicó El Imparcial.
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Estas áreas sensibles, que se activaron en el grupo de los “navideños” y no en los “grinch” se han asociado antes con la espiritualidad, sensibilidad, optimismo, empatía y el reconocimiento de las expresiones faciales, entre otras, divulgó El Universal.
Sin embargo, los investigadores de la Universidad de Copenhague advirtieron en este medio que “algo tan mágico y complejo como la Navidad no puede explicarse totalmente con un estudio de la actividad cerebral. Se necesita mucho más que eso”, concluyó la nota del periódico mexicano.