Ya hemos pasado la cena de Nochebuena y la comida de Navidad y quedan unos días por el medio para darle tregua a nuestros estómagos para volver a celebrar la noche de fin de año y el día de año nuevo. ABC de España nos hace un resumen de cómo se celebra en varios países.
La tradición de comer doce uvas en Nochevieja en España se remonta al año 1909, es una tradición relativamente joven que empezó aquel año porque hubo un excedente enorme en la cosecha y se repartieron entre las familias. Ahí comenzó todo. Después la tradición se llevó a algunos países de Latinoamérica por la influencia de la emigración de españoles allí.
En Noruega, tal y como relata una española afincada allí, Belén Aula Carmona, se come el pinnekjøtt, que son costillas de cordero en salazón. En vez de pesebres se hacen ciudades de peppercakes, que son las galletas típicas de navidad y el día de fin de año, después de las campanadas, cada familia sale al jardín a tirar petardos y fuegos artificiales. ¡Quién les iba a decir a los valencianos que tienen algo en común con los noruegos!
En Italia, tal y como nos cuenta Nicoletta Negrini, italiana de pro afincada en Madrid hace 25 años, «el día de fin de año, el capodanno, nos reunimos en familia o amigos y cenamos y bebemos como en todas partes y, cuando llegan las doce de la noche, que no las campanadas, es típico comer el Cotecchino con Lenticchie, que es lentejas con pata de cerdo. Es muy importante hacerlo para que te dé buena suerte y si no te lo terminas, entonces el día de año nuevo deberás hacerlo». Esta costumbre está profundamente arraigada en Italia y se sabe que ya los romanos regalaban lentejas al cambiar el año como símbolo de buena fortuna.
En Francia, igual que en Italia, no se escuchan las campanadas. Eso es algo muy español, tal y como nos comenta Virginie Cotue, una francesa afincada en Madrid y casada con un español. «Para empezar en Francia la noche de fin de año se celebra siempre con amigos, nunca con la familia. La tele no se pone, bueno, quizás quién esté solo o aburrido pero no hay una programación especial en la tele ese día y nadie la enciende. Una de las cosas que más me llamó la atención de vivir en España es eso, que la gente miraba la tele atenta a las campanadas para tomarse las uvas. Como en Francia no tomamos uvas, no encendemos la tele. Miramos el reloj y cuando ya son las doce nos besamos y brindamos con champán, por supuesto. Y celebramos la fiesta en casa, no se estila lo de ir a bares ni discotecas, de hecho casi todo está cerrado esa noche».
En México, tal y como la española Mar Villar Castillo, que vivió muchos año allí, «es típico ese día quemar al viejo, es decir, se hace un muñeco viejo del tamaño de una persona con ropa usada y gastada, se pone fuera de la casa y se quema pasadas las doce de la noche metiéndole petardos dentro. Allí, por ejemplo, también nos tomamos las uvas». Es costumbre, además, comer pierna y bacalao y ensalada dulce de manzana y nuez.
En Alemania, según cuenta Mimi Sánchez Vaquero, española que vive allí, «tampoco se toman las uvas y en la decoración de la mesa de la cena se suelen poner figuritas de un limpiachimenea y un cerdito con un trébol. Algunos derriten trocitos de plomo y a las 00.00 se brinda con champán y se sale a la calle a tirar fuegos artificiales».
Johanna Katerinne es venezolana y nos cuenta que allí para la cena siempre se preparan hallacas, pan de jamón, ensalada de gallina y se toman las uvas (herencia de España).
Japón, un país donde la gente suele ser de carácter comedido y tranquilo, disfruta de innumerables fiestas cuando se acerca el fin de año (la navidad no celebra demasiado puesto que el cristianismo entre su población es meramente testimonial). Tal y como se cuenta en la página Japonismo, durante los días previos al día de fin de año se hacen las bonenkai que son fiestas que se hacen para despedir el año durante varios días. Se hace con compañeros de trabajo, de escuela o amigos que se reúnen para deshacerse de las preocupaciones del año que termina y dar las gracias, también es tradición limpiar la casa de manera concienzuda en un acto de tirar todo lo viejo y dar cabida a todo lo nuevo.
En Nochevieja es costumbre casi sagrada cenar con la familia de manera que son muchos los japoneses que se desplazan a la casa de sus familiares para cenar un tipo de fideos soba muy largos llamados toshikoshi que, al ser muy largos, simbolizan una larga vida. Curiosamente y a diferencia de occidente que tiene un marcado sentido no religioso, en Japón el día de fin de año sí tiene connotaciones espirituales y, de hecho, la noche del 31 se acude a un santuario a tocar la campana y rezar a los dioses además de para comprar amuletos como el omamori, la hamaya, la kamifuda o ema. En Japón, como en España, se tocan las campanas solo que allí la friolera de ¡108 veces!
Sea como sea en todos los países y culturas hay un deseo siempre de dejar atrás lo malo y empezar con todo lo que el nuevo año depara. ¡Feliz 2016!