Por causas no justificadas, tanto el hospital central Antonio María Pineda como el pediátrico Agustín Zubillaga, se encontraban este viernes en grave peligro de contaminación por la gran cantidad de basura acumulada a su alrededor.
Se trata de montañas de desperdicios, de comida y desechos hospitalarios, que dejaban muy mala impresión a quienes pasaban detrás o al lado de ambos centros asistenciales.
En la parte posterior del AMP, donde hace algunos meses fueron colocados contenedores para depositar los desperdicios, en esta oportunidad resultaron insuficientes y el personal optó por establecer a su alrededor un inmenso basurero que, lógicamente, genera contaminación hacia un área del centro asistencial.
Pareciera como si no hubiese existido coordinación entre las autoridades de Imaubar y del hospital para retirar todos esos desechos.