El Estado ahora controla la adquisición de insumos importados y las consecuencias han sido negativas. En el grupo Super S, que cubre 60% del mercado de alimentos para pollos, cerdos, ganado vacuno y mascotas las líneas de fabricación trabajan menos. Pasaron de elaborar mil 300 kilos diarios a solo 500, según informó el presidente del sindicato de la planta, Sergio López.
Los inventarios de soya están en cero. No les llega desde finales de noviembre cuando arribó un cargamento de 20 toneladas del último pedido que realizó directamente la empresa. De maíz amarillo queda para la producción de ocho días. Solo eso. Se desconoce la fecha de suministro de materia prima porque “ahora todo es distinto. Desde que CASA controla la importación han surgido mil y un problemas. Antes todo se resolvía rápido”.