La orden que dio Cilia Flores de fotografiar a quien le preguntara por sus sobrinos se cumplió, debido a que los hombres que conforman su anillo de seguridad capturaron el rostro de los periodistas que interpelaban a la diputada.
Cuando se le consultaba sobre la Asamblea Nacional, el Partido Socialista Unido de Venezuela o el Tribunal Supremo de Justicia, respondía sin problema, pero cuando se le cuestionaba sobre sus sobrinos detenidos en Estados Unidos, por presuntos vínculos con el narcotráfico, ignoraba las preguntas. Rápidamente sus escoltas sacaban sus teléfonos celulares y fotografiaban al que lo hiciera.
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