Productores de leche y carne prendieron las alarmas. La sequía se instaló en los campos. Incrustada está en las fincas productivas que ya son afectadas por la falta de alimentos, y pone en peligro el rebaño nacional. El más evidente se registra en el ordeño. En El Laberinto cayó 50 por ciento y en Machiques 35 por ciento. El promedio regional de la carne pisa 65 por ciento. Así lo reseña laverdad.com / Yasmín Ojeda
La emergencia no es cuento. “Es crisis. No hay comida, tampoco agua para los animales”, resalta Alí Urdaneta, presidente de la Unión de Ganaderos de El Laberinto (Ugalab), en el diagnóstico del sector. Desde hace tres años “hay un verano prolongado” que impide el cultivo de pastos. “Ha llovido menos que en Guajira”.
Además de que “no llueve”, conseguir alimento concentrado, melaza y materia seca (fibra vegetal) para nutrir las vacas de leche y novillos de engorde “aumenta los costos”. Hay unidades que están obligadas a comprar camiones de agua, otras a pagar movilización de heno desde otras regiones.
Sin forraje y agua, las reses pierden condición corporal, y son blanco fácil y vulnerable para las enfermedades. Al presentar inmunosupresión se complica el plan de producción, ya que se requiere reforzar el programa sanitario y de alimentación, consecuencias que significan “más costos”.
“Un saco de alimentos saltó a 80 bolívares por kilo. Se acerca al precio del litro de leche cruda puesta en la industria”, manifiesta Jorge Núñez, presidente de Gadema. La situación es nada oportuna para la política de reducir costos de producción que afina el Gobierno a fin de controlar el impacto en los precios finales de los productos.
Urdaneta explica que la sequía obliga a sacar los animales a mataderos o venderlos. Y es que con el poco pasto se garantiza la comida de los semovientes más fuertes. El cambio climático pone freno a los períodos de inseminación y acelera un proceso de selección, paralizando a futuro la renovación del rebaño.
Desde Gadema piden medidas a corto, mediano y largo plazo. A lo inmediato el abastecimiento de semilla de pasto, fertilizantes, herbicidas, matamalezas por el período que debe empezar en marzo y abril. En Ugalab claman por un plan de suministro de agua y alimentos. El impacto del fenómeno de El Niño sacude con mayor intensidad en la planicie del municipio Jesús Enrique Lossada.
Los gremios desconocen la política y acciones que emprenderá el Gobierno para auxiliar en la sequía. Aseguran que Confagán y Fegalago presentaron estrategias con perforación de pozos y uso planificado de las potencialidades del desarrollo agrícola de El Diluvio. Aún no hay respuestas concretas. Mientras autoridades se reúnen entre sí.
Jorge Núñez insta a dar respuestas. “En el campo dependemos de la naturaleza, los acuíferos, caños, ríos para tener agua y dar los animales. Si no hay agua cada quien saldrá a vender o trasladarlos a otras zonas de menos inclemencias del clima”.
Datos
El rebaño necesita fibra vegetal para asegurar la producción.
El ordeño promedio de El Laberinto se ubica en 5,5 y seis litros vaca.
Zonas de cultivo de pastos están sin vegetación.