Lamentablemente, el año 2015 cerró con la inflación más alta del mundo, que aun cuando apareció como por arte de magia una cifra “oficial” del Banco Central de Venezuela, todos sabemos que la misma es mucho mayor a la anunciada, por cierto, luego de un año de silencio por parte del responsable de informar estos números.
Lo cierto es que en la actualidad tenemos unos índices de pobreza superiores a los del año 1998, esto gracias al modelo fracasado de controles en la economía, situación que lo confirma la dramática caída del PIB, certificada por el BCV y que no solo nos ha llevado a tener hoy en día una fábrica de pobreza y miseria, sino que a esto, se le suma la abrumadora escasez de alimentos y medicinas.
¿Por qué el Madurismo-Cabellismo teniendo mayoría en la Asamblea Nacional saliente para decretar y/o aprobar lo que le diera la gana, no lo hizo? Y más cuando ya perdidos, aprobaron varias leyes y les dieron unos “retoques” a otras, sin embargo no incluyó nada acerca de la fulana emergencia económica; es más, se aprobaron casi 200 millardos en créditos adicionales, pero de la emergencia económica cero.
La verdad es que como necesitan compartir la culpa de este desastre, es que de la noche a la mañana, aparecieron esas cifras “maquilladas” que el BCV venía ocultando, con el único fin de justificar la aprobación de tal emergencia. La realidad es que esta catástrofe tiene un solo responsable y es ese modelo “socialista y revolucionario”. Por ello quiero dejar claro que el parlamento está para legislar, no para dictar la política económica del país.
Ahora bien, el hecho de que hayan aparecido los altos porcentajes de la inflación, no implica que en este mismo proceso del análisis del decreto de emergencia, desde la AN no se citen a los ministros del área económica, para que rindan cuentas y expliquen qué pasó con los ingresos petroleros milmillonarios que entraron a la Nación en esa etapa de bonanza petrolera y que indudablemente fueron despilfarrados.
Los diputados vamos a exigir y revisar todas y cada una de las cifras, para sincerar la gravedad de la crisis que estamos atravesando y por supuesto interpelar a los responsables de habernos llevado a esta debacle económica.
El decreto anunciado, ratifica el riesgo a la seguridad jurídica, por otro lado digamos que tiene una larga lista de buenas intenciones para aumentar la producción y con esta el abastecimiento, el detalle es que no dice cómo.
Lamentablemente este es un gobierno que insiste en venderle a los venezolanos que aquí hay una guerra económica con todos los aditivos que ellos siempre le agregan: que si el ataque a la moneda, el contrabando, el acaparamiento, el sobreprecio, la desinversión del sector privado y demás excusas.
La verdad es que cada vez que Nicolás Maduro habla de “guerra económica” nos alejamos más de la solución a la crisis que vivimos; lo que nos lleva a pensar que Maduro cambió la “R” de rectificar por la “R” de reincidir en las mismas políticas que crearon la crisis.
Para corregir este entuerto, no es necesario ningún decreto de emergencia económica, lo que falta es que se den cuenta de su error, entender el problema y sobre todo voluntad política para ejecutar cambios en la política monetaria, fiscal y cambiaria.
Omar Ávila
Diputado AN
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