Carlos Flores: Los ministros de la cobardía

Carlos Flores: Los ministros de la cobardía

thumbnailcarlosfloresDejemos que el diputado Héctor Rodríguez utilice todas las palabras, argumente una excusa tras otra… que él sienta que es el nuevo niño malo de la cuadra… sí, eso, que sienta lo que tantos otros sintieron antes que él… pero la única verdad –aparte de su calvicie prematura- es que los ministros del área económica del gobierno de Nicolás Maduro no asistieron a su comparecencia en el parlamento, donde se discutiría el tema de la emergencia económica por simple cobardía a ser expuestos como lo que son: el equivalente a los integrantes de la escuelita del Chavo del 8 sin la menor idea de cómo fue que dejaron que la cosa se jodiera tanto.. O, tal vez, la emergencia no es tan “emergencia” y los amigos ministros decidieron que la cosa puede esperar. Total, ellos están bien. Aunque quizá uno que otro estará escuchando a Arjona con el corazón roto y un puñado de dólares menos (linda la muchachita, Merentes, pásame su WhatsApp).

Pero ni la labia de Héctor Rodríguez ni los relinchos de Aristóbulo pueden ocultar la triste verdad ministerial. Tienen miedo. Tienen miedo a dar la cara por primera vez en vivo y directo no solo de frente al país sino a la galaxia entera. Tienen miedo a salir de esa cueva donde todos los funcionarios del chavismo han permanecido desde hace 17 años… suerte de mazmorra desde donde ejecutan todos los planes malévolos, corruptos y desquiciados que deseen… siempre en nombre de una revolución popular que, hasta los momentos, solo los ha beneficiado a ellos, a la oligarquía roja; y ha dado la espalda y pateado en el trasero a los millones de integrantes del PUEBLO QUE NO TIENE NADA DE SOBERANO. Sí, mientras usted lee esto, y no consigue en ninguna farmacia la pastilla para la hipertensión, los cobardes ministros de la economía habitan en sus pequeños reinos personales de asco y opulencia.

Para estos ministros -y realmente para todo el liderazgo gubernamental chavista- la opacidad es regla. Mientras todo permanezca oculto, estarán a salvo. Mientras solo se conozca un lado de la verdad, no hay problema… después de todo, ellos son los dueños de la verdad y lo que se sea que venga de otro lado es contrarrevolucionario (o sea, falso y malintencionado). ¡Ya, basta de tanta estupidez! Lo terrible es que nadie del lado del Gobierno se toma en serio lo que pasa en este país. ¡Ni uno solo de ellos! Bromean, hacen chistes. Diosdado cada día más parece imitar a Krusty el payaso en su mediocridad semanal televisada. Eso es de cobardes. Los cobardes no afrontan; culpan y se escapan por detrás.





Escucharlos todos los días hablar de la traición de Santander; luego de la siembra de Zamora (WTF?) y de ese monstruo que solo existe en los sueños de los chavistas (la guerra económica), añade más leña de cobardía a una hoguera de vanidades, secretos, culpas y demasiados temores.

¿Será que los ministros olvidaron que son funcionarios PÚBLICOS? ¡Públicos!, ¿que están ahí como empleados de todos y cada uno de nosotros y que de ninguna manera están autorizados para esconderse en cuevas o bajo mesas o donde el pánico les sugiera? ¿Acaso olvidaron que todas sus acciones deben ser abiertas, íntegras, cristalinas y conocidas por todo el país (mucho más en tiempos de una emergencia que ellos mismos ayudaron a crear y mantener?…

Tarde o temprano alguien levanta el mantel y se descubre lo oculto.

Amigos ministros, el problema –todos lo sabemos- no se trata de que la oposición quiera que se transmitan sus declaraciones en vivo y directo y así, crear un supuesto reality show de la pésima política. El problema es que ustedes saben perfectamente que ya el show lo montaron hace rato… y no es un show agradable; un show donde han hecho creer al país que son los paladines de la –inexistente- justicia; que solo ustedes, mediante ese coctel psicotrópico que llaman socialismo del siglo XXI, pueden salvar a Venezuela de la maldad imperial; que Chávez fue un gigante de la bondad y que de su supradotado cerebro, salieron las ideas más increíbles y maravillosas que han afectado, para bien, al mundo entero (y al planeta X que se acaba de descubrir)… Pero todo es show… ningún show es verdad. Todos parten de querer captar la atención, atontar a la gente y convencerlos de que lo imposible es posible.

Cuando Aristóbulo se queja de ese show mediático, no puedo sino bajar la cabeza porque tiene la razón. La oposición no sabe de shows mediáticos porque el chavismo les lleva una morena… Shows mediáticos fueron todas las emisiones de Aló Presidente; o cuando el comandante dijo: “Si siguen habiendo niños con hambre en las calles, me dejo de llamar Hugo Chavez”… o cuando el mismo personaje apeló al romanticismo nacional con el memorable: “Marisabel, esta noche te doy lo tuyo”.

O, incluso mejor y más sabroso, fue cuando el propio Aristóbulo soltó –durante las elecciones sindicales del 2000-: “Chávez se fumó una lumpia”. Pues, camarada, usted tenía toda la razón, ¡eso sí fue show mediático!…

Ministros, den la cara. ¿Qué cosa pueden ocultar que nos sorprenda a estas altura? (Reitero, Merentes, me conformo en el e-mail de la mamá de la muchacha, también está como le da la gana).

Creo que Venezuela se merece, al menos y como por simple decencia, que estos ministros acepten hablar frente a los medios y que se quiten las caretas; que relaten sus barbaridades y, por qué no, hasta pidan disculpas por ofender y jugar con la existencia de todos sus compatriotas.

Sé que algo así no ocurrirá… pero qué bueno sería experimentar, al menos durante un rato, que no todo se perdió, que al menos esta gente tiene algo de moral y sentimientos (así sea por la cagazón).

@carlosfloresx